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1811: Se firma la declaración de Independencia de Venezuela

El 5 de julio de 1811 se firmaba el Acta de Declaración de Independencia de Venezuela, con lo que las siete provincias que integraban el país finalmente terminaron por romper trescientos años de dominación española. Sin embargo, esto solo fue el comienzo de una larga lucha para ratificar su independencia, ya que la corona española comenzó una guerra en Venezuela para mantener el control sobre el país.

"El 5 de Julio de 1811", Juan Lovera (1838) - Firma de declaración de Independencia de Venezuela - Lienzo completo

La ocupación de España por Napoleón Bonaparte parecía inevitable, lo que debilitó el poder de la monarquía y despejó el camino para la emancipación de Venezuela. Además la captura del rey y su posterior renuncia al trono, sumado a la sucesión de traiciones y conspiraciones ocurridas en el palacio, fulminó el pacto que por tres siglos mantuvo cohesionada la monarquía. Los criollos pensaron que era el momento de romper con el vínculo colonial, y establecer un sistema de gobierno fundamentado en mayores libertades económicas y derechos ciudadanos. El cambio político estuvo inspirado en la revolución francesa y en la independencia de los Estados Unidos de Norte América, alcanzada treinta y cuatro años antes. Estos dos paradigmáticos hechos evidenciaban, por una parte, la viabilidad del sistema republicano y, por otra, la posibilidad real de ponerle fin a la monarquía absoluta. Los criollos independentistas siguieron la experiencia norteamericana, pues querían instalar en Venezuela un gobierno semejante, basado en la organización federal y en los valores liberales como los principios más convenientes para conformar el nuevo modelo político del país. Sin embargo los criollos no formaban una clase homogénea sino que estaban profundamente divididos. La gran mayoría no quería una ruptura definitiva con España, ni mucho menos realizar grandes transformaciones sociales, sino simplemente buscaban un reacomodo que les otorgara mayor libertad económica y relevancia en la toma de decisiones políticas. Deseaban mantener sus privilegios de clase sin modificar el orden existente. Este sector temía que la inestabilidad aumentara y que el desorden se transformara en un conflicto social que diera lugar a una guerra de exterminio incontrolable. Además, si se desataba un conflicto armado contra España corrían el riesgo de perder su poder, sus bienes y sus fortunas. Por tanto, muchos criollos defendieron con furia la causa realista, pues si sucumbía el gobierno de la monarquía la desobediencia daría paso a la temida anarquía.

Copia del manuscrito original del Acta Solemne de Independencia / venezuelatuya.com

En 1811 la guerra civil ya era un hecho inevitable, debido a una serie de insurrecciones que se iniciaron en Cumaná y continuaron en Maturín, Guayana, Los Teques y Valencia. Los partidarios de la independencia se dieron cuenta que no podían alcanzar ningún acuerdo posible con los defensores de la monarquía. Temían a sus posibles represalias y venganzas en caso que se restableciera el orden colonial. Esto los obligó a definir el conflicto, es decir, intentar polarizarlo en bandos favorables u opuestos a la independencia. Un debate que, en última instancia, se decidió en el campo de batalla, en un conflicto que destruyó al país y enfrentó a los venezolanos en una feroz guerra de exterminio.

En cuanto a la declaración de la independencia la última palabra la tenía el Congreso, que en un principio vaciló en formalizar la discusión relacionada con la ruptura de las relaciones con la metrópoli. No obstante, en la sesión del 2 de julio, el Congreso inició las discusiones y se abrió un polémico debate que terminó el 5 de julio de 1811 con el acuerdo definitivo de disolver el vínculo que por 300 años los unía con España. Quedaron encargados Juan Germán Roscio y Francisco Iznardi con la misión de redactar el documento, que fue aprobado el 7 de julio, y presentado al día siguiente al Poder Ejecutivo, para la firma definitiva del acta que sentenció la independencia de Venezuela.

La instalación del Congreso se llevó a cabo el 2 de marzo de 1811 en la casa del Conde San Javier (hoy esquina de El Conde) en Caracas, con asistencia de la Junta Suprema. Acto seguido se eligió un Presidente provisional del Congreso y pasaron, precedidos por los miembros de la Junta a la catedral de Caracas, donde el arzobispo Narciso Coll y Pratt ofició la misa y después del evangelio los diputados prestaron juramento, bajo estos términos: "¿Juráis a Dios por los Santos Evangelios que vais a tocar, y prometéis a la Patria conservar y defender sus derechos y los del Señor Don Fernando VII, sin la menor relación o influjo con la Francia; independientes de toda forma de gobierno de la península de España; y sin otra representación que la que reside en el Congreso General de Venezuela; oponeros a toda dominación que pretendiera ejercer soberanía en estos países, o impedir su absoluta y legítima independencia cuando la Confederación de sus Provincias la juzgue conveniente...?". Dicho juramento expresa tres aspectos que son importante destacar. El primero, es el rechazo por parte de la iglesia a la influencia de la Revolución Francesa en el proceso independentista venezolano (y en toda Hispanoamérica) dado su marcado carácter anticlerical. Segundo, la mención a la forma federativa (Confederación) de la Constitución Política, lo cual formará parte del intenso debate centralismo-federalismo que se llevará a cabo durante el Congreso, y que dominará todo el siglo XIX. Tercero, la declaración de la Independencia absoluta de Venezuela, la cual además había que proteger no sólo de España sino de las demás potencias europeas.

A medida que se fueron desarrollando las sesiones del Congreso, la idea de la Independencia fue ganando adeptos en el seno del mismo. Muchos diputados la apoyaron con apasionados alegatos, otros con argumentos históricos. Entre los diputados que se oponían a la ruptura definitiva con la corona española, se encontraba el sacerdote de La Grita, Manuel Vicente Maya, quien pronto se vio abrumado por los discursos de Fernando Peñalver, Juan Germán Roscio, Francisco de Miranda, Francisco Javier Yanez y muchos más, favorables a la idea de la Independencia absoluta. Mientras tanto, los ánimos de los jóvenes radicales se caldeaban en las reuniones de la Sociedad Patriótica, hasta llegar el momento en que Simón Bolívar lanzó—ante las dudas sobre la Independencia—su famosa pregunta: "¿Trescientos años de calma, no bastan?".

En la mañana del 5 de julio continúo el debate en el Congreso, y a comienzos de la tarde se procede a la votación; hecho el recuento de los votos, el presidente del Congreso Juan Antonio Rodríguez Domínguez, anunció solemnemente a las tres de la tarde, que quedaba proclamada la Independencia absoluta de Venezuela. De acuerdo con los testimonios de la época, luego de la proclamación se vivieron momentos de intensa emoción. Una manifestación espontánea, a la cabeza de la cual figuraba Francisco de Miranda, acompañado por miembros de la Sociedad Patriótica y del pueblo, recorrió las calles de la ciudad, ondeando banderas y gritando consignas acerca de la libertad. En la misma tarde del 5 de julio el Congreso celebró otra sesión, en la que se acordó redactar un documento, cuya elaboración fue encomendada al diputado Juan Germán Roscio y al secretario del Congreso, Francisco Isnardi. En este documento debían aparecer los motivos y causas que produjeron la Declaración de la Independencia, para que sometido a la revisión del Congreso, sirviese de Acta y pasara al Poder Ejecutivo. Con la declaración de independencia no necesariamente se puede considerar que Venezuela fue un país independiente, ya que con este hecho y las campañas emprendidas por los republicanos, se inició la «Guerra de Independencia» en el territorio venezolano. No fue sino entre los años 1821 y 1823 cuando en Venezuela alcanzó la completa independencia de España. La independencia de Venezuela se logró efectivamente en los campos de batalla, donde los republicanos enfrentaron y derrotaron finalmente al ejercito español. Entre estas batallas, el 24 de junio de 1821 se lleva a cabo la Batalla de Carabobo, la cual concluyó con la retirada del ejercito realista y fue de trascendental importancia para liberar el territorio venezolano de la ocupación española. Luego, el 24 de julio de 1823 se libra la Batalla naval del Lago de Maracaibo, con la cual queda sellada la Independencia de Venezuela, ya que aún quedaban provincias occidentales bajo el control de España. Influencia en Iberoamérica

Venezuela fue el primer país iberoamericano que declaró su independencia, pero con esto se acrecentó la tendencia independentista en América. Simón Bolívar, prócer venezolano y considerado como el «Libertador de América», además de ser protagonista central de estos eventos en nuestro país, contribuyó de manera histórica y decisiva a la independencia de las actuales Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. La independencia venezolana también influyó en otro frente de batalla, en el movimiento independentista liderado por José de San Martín con el que se alcanzó la emancipación de Argentina, Chile y Perú.


Con información de: José Bifano, Licenciado en Historia / lavozinternacional.wordpress.com / venezuelatuya.com

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