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29 de octubre: Día Mundial del Ictus

La finalidad de esta efeméride es difundir el alcance de esta enfermedad, sus consecuencias y las medidas de prevención como aspectos clave para reducir el riesgo de esta grave enfermedad cerebrovascular.

El Ictus cerebral o accidente cerebrovascular es en la actualidad uno de los problemas de salud más importantes / asssa.es

Los expertos definen el ictus como un accidente cerebrovascular que se produce cuando hay una rotura u obstrucción en los vasos sanguíneos. Esta enfermedad, asociadas en muchas veces a la discapacidad, se introduce dentro del campo de la neurología que afecta al cerebro y al corazón.

Además, debemos de tener en cuenta que las enfermedades neurológicas, como es el caso del ictus, son las que más se dan entre las personas con discapacidad. De hecho, según datos oficiales, casi la mitad de las personas que sobreviven a un ictus, un 44%, desarrollan discapacidad grave por el daño resultante.

Según especifica la Organización Mundial de la Salud (OMS), los ataques al corazón y los accidentes cerebrovasculares suelen ser fenómenos agudos que se deben sobre todo a obstrucciones que impiden que la sangre fluya hacia el corazón o el cerebro.

La Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) advirtió de que una de cada seis personas en el mundo sufrirá un ictus a lo largo de su vida, una enfermedad que provoca en España 120.000 nuevos casos al año y 40.000 fallecimientos.


El 90% de los ictus se podrían evitar

El ictus es la primera causa de muerte en mujeres y la segunda del total de la población. Además, es la primera causa de discapacidad adquirida en la población adulta. En 2035, los casos de ictus habrán aumentado un 35% en nuestro entorno.

«Son datos alarmantes pero la buena noticia es que se trata de una enfermedad altamente prevenible y tratable. De hecho, el 90% de los ictus se podrían prevenir. La detección temprana y la actuación rápida reduciría notablemente su impacto en mortalidad y en discapacidad». Así lo señala Julio Agredano, presidente de la Fundación Freno al Ictus.

«El tiempo de reacción es clave para reducir la mortalidad y la discapacidad que provoca. Dado que pasamos buena parte de nuestro día en un entorno laboral, realizar campañas informativas para saber detectar y cómo actuar correctamente ante un ictus es crucial, tanto en el entorno laboral como personal» ha destacado José Luis Cebrián, técnico superior en Prevención de Riesgos Laborales en Umivale Activa.

Cada minuto cuenta

La rapidez es vital ante un ictus. Por ello debemos estar atentos a los primeros síntomas, que pueden ser:

  • Debilidad muscular en un brazo o pierna.

  • Alteración de la visión repentina.

  • Dificultad para hablar.

  • Parálisis en una parte de la cara.

  • Dolor de cabeza súbito.

«Son algunos de los factores a tener en cuenta porque nos podrían indicar que la persona que tenemos delante está sufriendo un ictus», ha apuntado Cebrián.

Ante estos síntomas debemos pedir a la persona afectada que sonría, que levante los brazos o que conteste a una pregunta simple. Si se detecta alguna anormalidad es preferible llamar a algún número de urgencia.


La prevención es clave

Hemos destacado anteriormente cuales son los síntomas del ictus, pero también existen una serie de factores de riesgo, como pueden ser:

  • Hipertensión.

  • Colesterol elevado.

  • Obesidad.

  • Diabetes.

  • Estrés.

  • Llevar una vida sedentaria.

  • Consumo de alcohol.

En ese sentido, «todo lo que implique quitar o reducir estos factores de la ecuación estará encaminado a evitar sufrir un ictus». Seguir una dieta sana y equilibrada, acompañada de ejercicio físico moderado, huir del consumo de sustancias adictivas y controlar nuestro peso, tensión y colesterol son acciones que podemos realizar para prevenir el ictus.


Con informaciones de: tododisca.com / expansion.com

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