Es posible que la motocicleta tenga un mejor rendimiento y más larga duración con un simple conjunto de prácticas, sin salir del hogar. En esta guía se pueden encontrar los principales consejos para mantener el vehículo personal.
Las motocicletas son un medio de transporte cada vez más elegido por millones de personas, ya sea para la práctica deportiva, la recreación o la rutina diaria. En cualquiera de estos casos, existen una serie de pasos para realizar el mantenimiento de la motocicleta en el
hogar.
Estas revisiones, a pesar de ser básicas, pueden favorecer a la vida útil del vehículo, así como la economía y la seguridad. Revisar el aceite una vez al mes, comprobar la banda de rodamiento de un neumático o mejorar el estado de la cadena con limpieza y lubricación son algunas de las tareas que están al alcance.
Siempre que se vaya a trabajar en la mecánica, es importante tener cerca el manual de usuario que acompaña a cada motocicleta. Este pequeño libro, creado por el fabricante, contiene las recomendaciones específicas para cada vehículo. Además, si se detecta una falla o un problema mayor, es importante recurrir a un experto.
Revisiones sencillas que favorecen el mantenimiento de la motocicleta. Conseguir que la moto tenga una duración más extensa en buenas condiciones es algo que cualquier usuario puede lograr. Con un conjunto de herramientas básicas, ropa adecuada para ensuciarse un poco, recipiente para residuos de aceite y un garaje propio o prestado, ya se puede poner manos a la obra.
Está claro que para los problemas de funcionamiento lo mejor es llevarla a un mecánico experimentado, pero en lo que respecta a la limpieza de algunas partes, revisión de otras y cambio de ciertos líquidos, el mantenimiento de la motocicleta no necesita más que los elementos mencionados y las siguientes recomendaciones.
1. Realizar una inspección general de neumáticos. Hay varias cosas que se deben tener en cuenta al momento de revisar los neumáticos. Por un lado, las grietas o roturas en la llanta.
Esto se puede chequear a ojo, buscando de manera minuciosa alguna astilla, corte o partícula que, por más pequeña que sea, favorezca al desgaste de la cubierta. Observar el estado y la profundidad del dibujo es otra tarea importante. Si se encuentra muy plano o golpeado, lo mejor es ir por un cambio de neumático.
Otro elemento para revisar es la presión, en lo posible todos los meses. Para eso se necesita un barómetro, que se conecta a la válvula de la cubierta y marca el nivel que tiene.
Cabe aclarar que tiene que realizarse en frío, es decir, una vez que las ruedas estuvieron tres horas quietas. Los niveles de presión están especificados en el manual del fabricante, sin embargo, es perjudicial cuando están más elevados o por debajo de la media.
2. Comprobar el nivel de aceite. Es importante revisar el nivel de aceite, al menos, una vez por mes. Incluso un poco más seguido si es verano, debido a que el calor hace que se evapore. En estos casos, no está mal concretar la tarea todas las semanas.
También depende de la frecuencia con que se utilice la moto; si es muy seguido, conviene chequearlo semanalmente. Si no se enciende seguido, hacerlo previo a cada viaje.
En cualquier caso, se debe colocar el vehículo en una superficie plana y luego encenderlo durante unos minutos, para que el líquido se caliente. Acto seguido, apagarlo y comprobar el nivel de aceite en el visor del lado derecho del motor.
Algunas motos no tienen visor, pero cuentan con una varilla en el tapón, la que se tiene que limpiar y colocar en el cárter hasta que se impregne. Una correcta cantidad de aceite sitúa el indicador entre los niveles máximo y mínimo.
Si el nivel es bajo, se puede agregar más, comprobando siempre qué tipo de lubricante lleva ese modelo. Este chequeo permite divisar posibles fugas, como también el color del líquido, que debe ser similar al de la botella. Si es más oscuro, hay algún problema que le corresponde resolver a un experto.
3. Limpieza y lubricación de la cadena. Una pieza fundamental en el mantenimiento de la motocicleta es la cadena. Cada cierto tiempo es conveniente limpiarla, algo que se puede realizar sin problemas en el hogar.
Para eso, el primer paso es elevar la rueda trasera y colocar el cambio en punto muerto. De esta forma es mucho más sencillo moverla. Con un cepillo suave hay que limpiar los restos de basura y polvo en toda su extensión, para luego untarla con lubricante especializado.
La cantidad de lubricante debe ser lo más uniforme posible alrededor de toda la cadena; no es necesario que rebalse. Además, es aconsejable realizarlo con guantes, para evitar el contacto con la piel.
Una vez finalizado el proceso, dejar reposar algunos minutos para luego medir la tensión de la cadena. Si está demasiado estirada o demasiado desgastada, lo mejor es cambiarla. Comprobar la tensión es una tarea a realizar cada mil kilómetros, aproximadamente.
4. Revisar luces, bocina y batería. Las luces y la bocina son mecanismos básicos, pero tan importantes como cualquier otro. Nunca está de más una revisión periódica de los mismos para evitar multas o accidentes.
En caso de una avería, la intervención debe realizarse solo si se tienen conocimientos eléctricos al respecto, debido a que exige la manipulación de cables. Si no son claros estos conocimientos, acudir a un experto.
Algo similar ocurre con la batería, la que tiene que chequearse cada cierto tiempo, en especial si la motocicleta estuvo parada. Según la antigüedad que tenga, es posible que solo precise una recarga, pero su mantenimiento también implica cambiar el líquido interior o un
reemplazo total.
5. Higienizar los filtros. Entre los 5 y los 10 mil kilómetros recorridos, es importante cambiar el aceite y su filtro. Sin embargo, el filtro de aire se puede limpiar más seguido. Este mantiene al motor libre de impurezas, ya que atrapa las partículas y la suciedad del ambiente, lo que provoca que se obstruya.
Según el tipo de vehículo, el filtro de aire puede estar más o menos accesible. Si se encuentra en algún lateral o debajo del depósito de combustible, es más sencillo. En ese caso, lo siguiente es comprobar de qué tipo es.
Cuidando lo propio. Cada una de estas revisiones es recomendable hacerlas en un espacio apropiado, sea un patio o un garaje, siempre teniendo en cuenta que es posible ensuciar, por lo que no está de más contar con elementos de limpieza cerca. Si bien su alcance depende del tipo de rodado, este mantenimiento de la motocicleta casero es una manera de cuidarla personalmente, mejorar su rendimiento y durabilidad.
Una vez que has terminado cualquier clase de mantenimiento de la moto, procede a hacer una limpieza meticulosa y profunda para retirar cualquier rastro de suciedad. Con este detalle tu moto quedará como nueva, lista para una nueva aventura. Hoy en día se consiguen muchos productos para, limpiar, lavar y desengrasar tu motocicleta, incluso hay artículos para hacer reparaciones pequeñas como un pinchazo de las llantas.
¿Cómo lavar una moto? Hay motos que no aguantan ser lavadas con presión de agua, por lo que un cubo de agua y una esponja será la forma más segura de hacerlo. El jabón que utilices no debe ser muy agresivo, para evitar dañar la pintura o quitarle brillo. Para comprobar esto puedes hacer una pequeña prueba en un punto no muy visible. Aunque siempre encontraras jabones especiales para lavar una moto.
No uses nunca un estropajo, ni en caso de que haya suciedad persistente. En estas circunstancias lo mejor es dejar en remojo hasta que la suciedad ablande y salga sin mucho esfuerzo.
¿Cómo proteger las partes de metal y plástico de una moto? Para que tu moto quede reluciente debes mantener protegidas todas las partes de metal de la misma. Puedes rociar con un spray con aceite lubricante. No uses el mismo con el que engrasas la cadena pues incluye ciertos agregados adherentes dañinos para la superficie metálica. Si usas aceite de motor puedes empapar un poco en un paño, el aceite debe estar limpio no usado. Frota la superficie con el paño aplicando así una delgada película protectora. Este paso evitará que el metal se oxide al pasar el tiempo.
Las partes de goma o de plástico también deben mantenerse bien cuidadas. Usa un spray con lubricante sintético a base de silicona. También puedes untar un poco de parafina en un paño. Coloca una capa fina sobre el plástico en la carrocería y sobre todas las gomas a las que tengas acceso, esto evita la resequedad en los momentos de hibernación.
Fuentes: mejorconsalud.as.com / wilock.com
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