La temperatura del agua durante el lavado del cabello puede tener un impacto significativo en su salud y apariencia. Aquí te presentamos los efectos del agua fría y caliente en el cabello.
Expertas:
Helena Rodero, farmacéutica especialista en cabello y autora del libro Todo sobre tu pelo y tu piel.
Dra. Claudia Bernárdez, dermatóloga-tricóloga, directora de Tricología y Transplante en la Clínica AB Derma y autora del libro La biblia del cuidado del cabello.
Secretos para un lavado perfecto del cabello
Las expertas nos revelan los secretos para un lavado perfecto.
El champú que usamos, con qué frecuencia lavamos el pelo, los ingredientes de nuestro acondicionador… todo esto es importante, pero la temperatura del agua de la ducha también. Puede que creas que es todo cuestión de preferencias (hay gente más friolera y más calurosa, las estaciones cambian), pero existe una temperatura ideal, ya que dependiendo de si el agua está frío o caliente afectará de una manera u otra a nuestro cabello.
La clave del equilibrio:
Pues como en todo, la clave está en el equilibrio, por tanto, el agua tibia sería la mejor para el lavado de cabello. Pero, ¿qué es exactamente agua tibia? “Desde mi punto de vista, la temperatura ideal es la temperatura corporal", afirma Helena Rodero. “Al fin y al cabo, estamos lavando piel, porque el cuero cabelludo es eso, piel y la raíz del cabello. Necesitamos hacer una limpieza efectiva. Si lavamos con agua fría, no estamos lavando adecuadamente porque impide el retirar la suciedad. Imagina lavar los platos con agua fría: tardarías más y no los dejarías bien limpios. Pero tampoco conviene lavar con agua muy caliente, porque irrita la piel, y estimula la producción de sebo. Si conseguimos hacer un lavado rápido porque la temperatura del agua nos permita lavar de forma eficaz, menos tiempo va a estar el cabello en contacto con el agua, y por lo tanto menos se va a debilitar”.
¿Qué pasa si me lavo el pelo con agua caliente?
Básicamente, el problema con el agua demasiado caliente es que se abre la cutícula del pelo y permite que penetren agua y producto dentro de la fibra. “El agua caliente dilata o expande la cutícula generando huecos intercelulares que facilitan la agresión con el agua y el champú”, explica la Dra. Claudia Bernárdez. “Lo bueno es que como la piel no tolera el agua muy caliente, nunca nos lavamos con agua más allá de los 40 grados, mientras que en herramientas de moldeado o secado sí que las podemos usar a más de 100C. Aun así, puede hacer que el pelo se vea con algo más de encrespado. Además, aplicar agua caliente en la fibra capilar tras aplicar productos nutritivos como una mascarilla o el suavizante facilita que se eliminen del pelo al enjuagarlos”.
Efectos del agua caliente:
Deshidrata y reseca.
Aumenta la porosidad.
Elimina mejor la suciedad.
Pelo más quebradizo y encrespado.
¿Qué pasa si me lavo el pelo con agua fría?
Habrás oído mil y una veces el truco de terminar el lavado de tu cabello con agua fría. Pues bien, sigue con ello, pero es importante limpiar el cuero cabelludo con agua templada para eliminar bien la suciedad. “A la fibra, una vez mojada, la va a debilitar igual el agua fría o caliente, pero el cuero cabelludo con agua fría no se limpia bien. Esto es más importante en cuero cabelludo graso”, aclara la farmacéutica Helena Rodero.
“Eso sí, ayuda a alisar y contraer ligeramente células de la cutícula y que se adhiera mejor el producto nutritivo, por lo que acabar con agua fría mejora el aspecto del pelo. En conclusión: lo mejor es combinar el agua templada, primero para lavar a fondo cuero cabelludo y luego agua templada tirando a fresca para optimizar la nutrición en medios y puntas”, agrega la Dra. Claudia Bernárdez.
Efectos del agua fría:
Cierra las cutículas.
Aporta brillo y suavidad.
Evita el encrespamiento.
Retiene mejor la hidratación.
Sensación de menos volumen.
No limpia tan bien.
¡Sigue estos consejos y luce un cabello sano, brillante y hermoso!
Fuente:
Comentários