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Aceptando todo lo que viene de Dios

Esta reflexión enfatiza la importancia de la fe y la confianza en la sabiduría y la bondad de Dios, incluso en las circunstancias más difíciles.

Imagen de Lagrange. / Pixabay.

“Sabemos que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien”. Romanos 8:28.


El creyente tiene una certeza inquebrantable en ciertos aspectos de su fe. Sabe, por ejemplo, que cuando la embarcación de su vida más se tambalea, Dios está presente en la cabina. Confía plenamente en que una mano invisible siempre dirige el timón del mundo, y sin importar a dónde nos lleve la providencia, es Jehová quien guía la nave. Esta convicción lo llena de paz y lo prepara para enfrentar cualquier adversidad. Cuando contempla las aguas agitadas, el creyente ve el espíritu de Jesús caminando sobre las olas y escucha una voz que le dice: “Soy yo, no temas”. También está seguro de que Dios es infinitamente sabio y, con este conocimiento, confía en que no habrá errores ni accidentes fortuitos, y que nada sucederá fuera de lo que debe acontecer. Por eso, puede decir con confianza: “Es mejor perder que ganar, si así lo ha decidido el Señor. La peor calamidad que pudiera sobrevenirme, sería, si el Señor así lo dispone, lo mejor y más conveniente”. Como está escrito: “Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien”.


Para el cristiano, esto no es solo una teoría, sino una verdad que vive en carne propia. Cree que todas las cosas obran para bien, incluso en el presente. Las medicinas amargas, en las dosis adecuadas, han traído sanidad; los cortes del bisturí han purificado la carne orgullosa y han facilitado la cura. Cada evento, por adverso que parezca, produce resultados benditos y excelentes. Con esta certeza, de que Dios rige todo con sabiduría y saca bien del mal, el corazón del creyente se siente seguro y capaz de enfrentar cualquier prueba con serenidad.


El creyente puede orar con auténtica resignación: “Cualquier cosa que venga de ti, envíamela, Dios mío”. Reconoce que todo lo que sucede en tu vida ha sido preparado por Dios para tu bienestar. Incluso en las pruebas más duras, Dios siempre se muestra fiel. ¿Por qué, entonces, dudar? El creyente encuentra descanso en su fe, confiando plenamente en la guía divina.


Fuente: Devocional extraído de Lecturas Matutinas de C.H. Spurgeon.


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¡Latinoamérica Despierta! 95 Tesis para la Iglesia de Hoy | Miguel Núñez

En Latinoamérica, vivimos tiempos en los que el evangelio de Jesucristo está siendo diluido, comprometido, vendido y negociado. Esto sucede porque hemos desplazado la Palabra de Dios y el evangelio a un segundo plano para dar paso a doctrinas y prácticas llamativas, pero antibíblicas. Por tal razón, la iglesia de hoy y sus líderes tienen la responsabilidad de pararse en la brecha y defender nuevamente lo que debe ser su centro de gravedad: la Palabra de Dios. Solo así podremos impactar a esta generación como Dios desea, con Su verdad, por Su poder y para Su gloria.



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