El empresario Sam Bankman-Fried, fundador de la plataforma de intercambio de criptomonedas FTX, fue condenado este jueves a 25 años de prisión por su participación en un esquema de fraude financiero que implicó el desvío de más de 8.000 millones de dólares de los clientes.
Bankman-Fried, de apenas 32 años, había emergido como un importante donante del partido demócrata en años recientes, respaldando la campaña presidencial de Joe Biden en 2020 y convirtiéndose en uno de los principales financiadores de candidatos demócratas en las elecciones legislativas de 2022.
Según los informes, Bankman-Fried había donado alrededor de 5 millones de dólares a la campaña de Joe Biden, junto con otras figuras políticas como Mitt Romney, Cory Booker, Paul Ryan y Nancy Pelosi. Además, numerosos demócratas y republicanos habrían recibido en conjunto decenas de millones de dólares en contribuciones, según un artículo de opinión publicado en The Guardian.
El juez de distrito estadounidense Lewis Kaplan dictó la sentencia durante una audiencia en la corte de Manhattan luego de descubrir que Bankman-Fried había mentido bajo juramento durante el juicio, y rechazó su afirmación de que los fondos de los clientes de FTX estaban seguros.
El empresario fue declarado culpable por un jurado de siete cargos de fraude y conspiración tras el colapso de FTX en 2022, en lo que se ha descrito como uno de los mayores fraudes financieros en la historia de Estados Unidos. Bankman-Fried había utilizado fondos de FTX para adquirir criptomonedas de una empresa asociada, Alameda Research, dirigida por su exnovia, lo que artificialmente inflaba el precio de su propia criptomoneda, "FTT".
El esquema consistía en aumentar el precio de FTT para mejorar los balances contables, lo que le permitía obtener préstamos y más inversiones. Sin embargo, cuando el precio de las criptomonedas cayó en 2022, Bankman-Fried enfrentó dificultades para mantener el esquema y finalmente colapsó.
El juez Kaplan destacó la conducta del empresario como un desprecio flagrante por las expectativas de los clientes y el Estado de derecho, mientras que el fiscal federal Damian Williams describió sus acciones como una falta de respeto hacia el sistema legal. Se determinó que los clientes de FTX perdieron 8 mil millones de dólares, los inversores de capital perdieron 1,7 mil millones y los prestamistas de Alameda Research perdieron 1,3 mil millones de dólares.
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