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¿Cuál fue la falsificación más grande de la historia?

La Operación Bernhard fue un plan de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial para falsificar libras esterlinas y socavar la economía británica.

La entrada al Campo de Concentración de Sachsenhausen. / Vía Buen Día Tours.

La Operación Bernhard fue una maniobra llevada a cabo durante la Segunda Guerra Mundial por la Alemania nazi con el fin de debilitar la economía británica mediante la falsificación masiva de libras esterlinas. Esta operación, supervisada por la Gestapo y aprobada por Adolf Hitler, se considera la mayor falsificación de dinero extranjero en la historia.


Planificación y ejecución de la Operación Bernhard

El plan surgió de Reinhard Heydrich, líder de la Gestapo, con el respaldo de Heinrich Himmler y Hitler. Para llevar a cabo esta empresa, los nazis reclutaron a prisioneros judíos con experiencia en la confección de billetes, trasladándolos al campo de concentración de Sachsenhausen. La intención era introducir gradualmente las libras falsificadas en el mercado internacional para generar inflación y socavar la confianza en la economía británica.


Aunque la operación se mantuvo en secreto, los británicos descubrieron los billetes falsificados, pero decidieron aceptarlos para evitar el pánico financiero. Mientras tanto, los nazis utilizaron parte del dinero falso para financiar operaciones de inteligencia.


Proceso de falsificación

La unidad de falsificación, liderada por Alfred Naujocks y posteriormente por Bernhard Krüger, empleó a prisioneros judíos para producir billetes en condiciones relativamente mejores que las del resto del campo. Trabajaban en turnos de 12 horas y se esforzaban por producir copias perfectas, incluso pasando los billetes entre ellos para que parecieran usados.


Algunos de los reclutados tenían experiencia previa en la falsificación de certificados de bautismo católico o pasaportes, una actividad destinada a salvar a los judíos de la implacable persecución nazi. Todos estos individuos venían de experimentar un verdadero infierno personal en los campos de exterminio y ahora se veían obligados a emplear sus habilidades en la ejecución del plan de sus captores como única manera de sobrevivir.


Los 144 hombres llegaron al campo de concentración de Sachsenhausen con la protección especial de ser considerados "trabajadores esenciales". Fueron asignados a los barracones 18 y 19, donde se encontraban los equipos de impresión y también sus áreas de residencia. A diferencia del resto de los prisioneros, disfrutaban de camas cómodas, buena comida, se les permitía bañarse una vez por semana e incluso tenían la oportunidad de organizar encuentros con música y canciones cada 15 días.


El trabajo de los falsificadores fue extremadamente difícil pero finalmente productivo. Por ejemplo, pasaron casi dos años experimentando hasta lograr la textura y el grosor perfectos del papel moneda. Esto se relacionaba con un tipo específico de lino que los ingleses usaban para fabricar sus billetes, algo que los prisioneros descubrieron mucho después, proveniente de trapos. Las planchas necesarias para la falsificación fueron enviadas desde Berlín, y por supuesto, los reclusos tenían acceso a libras reales para perfeccionar sus reproducciones.


Ampliación de objetivos, sabotajes y retrasos

Hacia finales de 1944, la Operación Bernhard amplió su objetivo al comenzar a falsificar dólares estadounidenses, junto con las libras esterlinas. Se asignó a los mejores hombres para esta tarea y se trajo todo el equipo necesario para la duplicación de la moneda estadounidense. Sin embargo, los prisioneros encargados de la falsificación de dólares llevaron a cabo sabotajes sutiles para retrasar la producción y así prolongar sus propias vidas. A pesar de las amenazas de Krüger, lograron fabricar las primeras copias fieles de billetes de 100 dólares para febrero de 1945.


Traslados y finalización de la Operación

Con el avance de los aliados hacia Berlín, la Oficina de Seguridad del Reich ordenó detener las operaciones y evacuar el campo de concentración de Sachsenhausen.


Los 144 hombres y las máquinas fueron trasladados a Schlier-Redi-Zipf, en los Alpes austríacos, para continuar la impresión, pero el final de la guerra era inminente.


En mayo, fueron trasladados al campo de concentración de Ebensee, donde los soldados alemanes estaban evacuando la zona ante el avance de los norteamericanos. Los falsificadores tuvieron dificultades para ser admitidos en el campo de concentración, ya que no mostraban signos evidentes de maltrato físico y no estaban rapados como otros prisioneros. Para convencer a los guardias, mostraron los números tatuados en sus brazos, evidencia de su pasado en campos de exterminio como Auschwitz. Finalmente, lograron ingresar y salvar sus vidas.


La última acción de los nazis bajo el liderazgo de Krüger, quien escapó, pero luego fue capturado en 1945 y liberado en 1948, fue empacar las libras esterlinas falsificadas restantes en cajas y arrojarlas al lago Toplitz en la región.


Descubrimiento del dinero falsificado

Con el paso de los años, surgió la leyenda de que el lago contenía tesoros nazis. En 1959, una expedición dirigida por el periodista de la revista alemana Stern, Wolfgang Löhde, recuperó varias cajas de billetes falsificados del fondo del lago.


La búsqueda de tesoros en el fondo del lago Toplitz llegó a su trágico final en 1963, después de una serie de accidentes que resultaron en la muerte de un buzo estadounidense. En respuesta, el gobierno de Austria optó por prohibir las expediciones de buceo en esa área.


Varios expertos, citados en un documental de History Channel, sugieren que la cantidad de dinero falsificado hasta el final de la Operación Bernhard era cuatro veces mayor que las reservas del Banco de Inglaterra.


Adaptación cinematográfica y obras literarias

En 1983, Adolf Burger, quien sobrevivió a la Operación Bernhard, publicó un libro detallando sus vivencias. Este libro, titulado "The Devil's Workshop" (El taller del diablo), fue adaptado al cine en la película "Los Falsificadores", que ganó el premio Oscar a la mejor película extranjera en 2008.


Con informaciones de: www.ambito.com / www.lanacion.com.ar

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