| Por Robert Murray M'Cheyne
El pasaje de Miqueas presenta un mensaje profundo sobre la relación entre el pecador y un Dios santo y amoroso. Destaca la incapacidad del ser humano para salvarse a sí mismo y la provisión divina de la salvación a través de la gracia.
La pregunta del alma despertada:
Miqueas 6:6-8: ¿Con qué me presentaré delante del Señor y adoraré al Dios altísimo?
El texto de Miqueas presenta la pregunta de un alma que ha sido despertada a la realidad de su pecado y la necesidad de Dios. Esta alma reconoce su incapacidad para salvarse a sí misma y busca la manera de agradar a Dios y obtener su perdón.
Las dificultades del alma despierta:
Sin embargo, el camino hacia Dios no es fácil. El alma despierta se enfrenta a dos grandes dificultades:
La naturaleza pecadora: El alma despierta reconoce su propia pecaminosidad y corrupción. Se da cuenta de que no hay nada en ella que pueda agradar a Dios por sí mismo.
La santidad de Dios: Al mismo tiempo, el alma despierta, se ve confrontada con la santidad y majestad de Dios. Se da cuenta de que no es digna de estar en su presencia.
La respuesta de Dios:
A pesar de estas dificultades, Dios ofrece una respuesta de paz al alma despierta. En el texto de Miqueas, Dios declara: "Él te ha mostrado lo que es bueno, lo que el Señor te pide: practicar la justicia, amar la misericordia y humillarte para andar con tu Dios".
Lo que Dios requiere:
Dios no requiere ofrendas ni sacrificios para justificar a un pecador. Lo que Él pide es que el alma despierta viva una vida justa, misericordiosa y humilde. Esta vida debe estar basada en la fe en Jesucristo, quien murió en la cruz para pagar por nuestros pecados y hacernos justos delante de Dios.
La gracia de Dios:
Dios no solo nos pide que vivamos una vida justa, misericordiosa y humilde, sino que también nos da la gracia para hacerlo. Él nos da el Espíritu Santo para que nos ayude a vencer nuestra pecaminosidad y a vivir de acuerdo a su voluntad.
El llamado a la acción:
El texto de Miqueas nos llama a responder al amor de Dios viviendo una vida santa. Debemos practicar la justicia, amar la misericordia y humillarnos para andar con Dios. Solo así podremos encontrar la verdadera felicidad y la paz interior.
Miqueas nos recuerda que la verdadera felicidad se encuentra en la presencia de Dios. Sin embargo, el camino hacia Dios no es fácil. Debemos enfrentar nuestra propia pecaminosidad y la santidad de Dios. La respuesta de Dios es la gracia que nos ofrece en Jesucristo. Él nos pide que vivamos una vida santa y nos da la gracia para hacerlo. Respondamos a su amor viviendo una vida que le agrada y encontremos la verdadera felicidad en su presencia.
LIBRO RECOMENDADO DE LA SEMANA
El Pecado Remanente: Su naturaleza, poder, engaño, y prevalencia | John Owen
El Pecado Remanente en los creyentes de John Owen (1616-1683), es una guía para conocer a nuestro enemigo, un manual de campo para la guerra que los soldados de Cristo deben librar durante toda su vida contra el pecado que permanece en ellos después de la conversión. Como un general experimentado, Owen expone la estrategia y las tácticas del pecado con una perspicacia y claridad inigualables.
Basándose en Romanos 7:21, “Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí”, la obra de Owen muestra que el pecado es un poderoso principio interno alojado en el corazón, cuya naturaleza es la enemistad contra Dios. Owen nunca nos deja pensar que debemos depender de nuestros propios esfuerzos sin ayuda. Nuestra victoria radica en que la comunión con Dios en Cristo siga siendo nuestro gozo y deleite.
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