Por Fátima Calderini
En los últimos días se han registrado temperaturas elevadas en gran parte del oeste de Europa. Las olas de calor han batido récord en países como, por ejemplo, Reino Unido el cual tres veces en un día superó marcas históricas llegando a los 40,3 °C. Francia, Países Bajos, Bélgica, Portugal, España y Grecia también registraron récords en temperaturas.
El calor sofocante ha arrasado con vehículos, hectáreas e incluso se estima que el número de muertes de personas es elevado. Debido a los incendios forestales las personas se vieron en la obligación de evacuar sus hogares.
Hasta ahora la peor ola de calor registrada en Europa fue en 2003, cuando el calor mató a unas 30.000 personas en el continente.
Las emisiones causadas por la quema de combustibles fósiles han estado atrapando el calor en la atmósfera desde el comienzo de la era industrial.
Este es un fenómeno mundial, ya que países del sur como Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil sufrieron una ola de calor histórica en el mes de enero.
Los expertos indican que las olas de calor se están haciendo más frecuentes debido al cambio climático provocado por la actividad del ser humano.
Asimismo, los científicos han señalado que se están abriendo nuevas grietas en los picos alpinos y que el hielo se está derritiendo incluso en la montaña más alta de Europa occidental, el Mont Blanc.
Nuestro planeta se ha calentado alrededor de 1,1 °C desde la era industrial y las temperaturas seguirán aumentando a menos que los gobiernos de todo el mundo hagan recortes drásticos en las emisiones.
Resta decir, a la luz de todos estos datos, que los responsables de llevar a nuestro planeta a un estado calamitoso es el hombre. Suena hasta ridículo, ya que no hay otra raza que tenga la capacidad de destruir todo a su paso y destruirse a sí mismo como lo es el ser humano. Llegará el día en el que mucho de lo que conocemos como naturaleza ya no existirá; tal es el caso de muchas especies extintas que ya no conocemos, y al mismo ritmo, nuestros hijos no conocerán lo que nosotros sí.
Como ciudadanos, individualmente no podemos hacer mucha diferencia a la hora de encarar el asunto del cambio climático producto de la negligencia humana, aunque es imposible negar el impacto positivo que representa iniciar por uno mismo el cambio. Las buenas acciones no siempre son fácilmente imitables, aunque la mayoría realmente consciente que son buenas en esencia.
Debemos comprometernos como un conjunto en ejercer y crear conciencia respecto a nuestro medio ambiente, concebir nuestro planeta como el único lugar donde existe la vida y en donde nos podemos desenvolver. Establecer la cultura del reciclaje y la clasificación de la basura, eliminar los vicios como tirar los desechos en cualquier parte y recobrar el afecto a la limpieza y el orden, son asuntos urgentes que debemos tener en cuenta. Después de todo, es una demostración de sincero amor hacia los que consideramos cercanos, ya que cuidando el lugar donde vivimos, nos cuidamos nosotros mismos y cuidamos a los demás.
Quien sabe, hasta podríamos revertir el desastre que hemos creado.
