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El primate más pequeño del mundo

El lémur ratón recientemente descubierto y endémico de Madagascar, se encuentra en peligro crítico de extinción. La gran pérdida de su hábitat se ve reflejada en una reducción de la población, considerada sumamente alarmante.

Lémur ratón de Berthe (iNaturalist / CC 4.0 A.Hopkins)

El grupo de los primates reúne especies e individuos de tamaños muy diferentes. El ser humano, con un peso promedio de 62 kilos, es uno de los más grandes, aunque con una gran variabilidad. El chimpancé y el bonobo se acercan y el orangután macho pesa aproximadamente lo mismo que el ser humano, aunque en ambos casos, las hembras son más ligeras. Solo el gorila supera con margen nuestro peso, aunque también presenta gran variabilidad, sobre todo porque existen dos especies distintas de gorila (Gorilla gorilla y Gorilla beringei) con dos subespecies cada una. Un macho puede pesar entre 100 y 270 kilos, y las hembras algo más de la mitad.

La gran mayoría de las especies de primates se encuentran, por lo tanto, por debajo de estos pesos. Entre los más conocidos están el mandril, con machos de hasta 37 kilos; el babuíno, que puede alcanzar los 25 kilos; el gran grupo de los macacos, que raras veces supera los 10 kilos; el mono aullador, con una media de entre 5 y 7 kilos; o el ligero mono araña, con algo más de 2 kilos.

Entre los primates más ligeros están los titíes y tamarinos, pertenecientes a la familia Callitrichidae. La mayoría pesa menos de un kilo, y algunas especies apenas superan los 100 gramos; es el caso del tití pigmeo, un mono de solo 13 centímetros de longitud.

Pero aún hay un grupo de primates más pequeño.


El lémur ratón de Berthe

Entre los primates, uno de los grupos más llamativos son los lemuroideos, endémicos de la isla de Madagascar. Uno de los géneros más llamativos de este grupo es el de los Microcebus, o lemures ratón. Cuenta con 24 especies, cada cual más pequeña, y la más diminuta es el lémur ratón de Berthe (Microcebus berthae). Apenas mide 9 centímetros sin contar la cola —que supera los 13 centímetros—, y no pesa más de 30 gramos. Hace honor a su nombre: pesa y mide más o menos lo mismo que un ratón común.

Esta especie fue descrita en el año 2000 por un equipo liderado por el profesor Rodin M. Rasoloarison, de la Universidad de Antananarivo (Madagascar), en un estudio publicado en la Revista Internacional de Primatología. Se le puso ese nombre en honor a la profesora Berthe Rakotosamimanana, jefa del departamento de paleontología y antropología biológica de la Universidad, quien proporcionó abundante material de colecciones para el estudio de Microcebus al equipo de Rasoloarison.


Un hábitat muy reducido

El lémur ratón de Berthe solo se encuentra en dos áreas muy restringidas de la región de Menabe, en la costa centro occidental de Madagascar. Su hábitat se reduce a dos bosques concretos, el de Kirindy y el de Ambadira. Son bosques caducifolios secos, y preferiblemente primarios. Estos animales toleran muy mal los entornos degradados.

La degradación forestal de la zona reduce el área forestal disponible para este pequeñísimo primate. Entre los años 2017 y 2019 se deforestaron de 3000 a 4000 hectáreas de bosque en esta región cada año. El 2020, año de la pandemia, fue una excepción: apenas se perdieron 400 hectáreas; pero los datos preliminares indican que en 2021 la deforestación volvió a crecer. La causa principal es la tala y quema de bosque para el cultivo del maíz y el cacahuete.

Se estima que en 2019, el área habitable disponible para el lémur ratón de Berthe estaba por debajo de las 35 000 hectáreas, por lo que, de regresar a tasas de deforestación previas a 2020, es probable que en menos de 10 años este animal ya no tenga dónde vivir.


Un primate en peligro crítico de extinción

Desde su descubrimiento en el año 2000, se ha monitorizado la población de lémures ratón de Berthe y los datos son demoledores. La gran pérdida de hábitat a la que son sometidos se ve reflejada en una reducción de la población de una magnitud más que alarmante.

El mayor impacto observado fue en una de las subpoblaciones que habitaba el bosque de Kirindy, que tras 20 años de vigilancia constante, se declaró extinta en 2019. El resto de las poblaciones subsisten en condiciones deplorables, y las proyecciones de futuro son pesimistas. Lo más preocupante es que los científicos no esperan que la situación sea reversible. De hecho, se estima que en las próximas tres generaciones —entre 7 y 17 años en el futuro— haya una pérdida de población superior al 80 %.

Esta terrible situación ha hecho que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) catalogue a Microcebus berthae como especie en peligro crítico de extinción.

Con información de: muyinteresante.es

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