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El uso del oro en la medicina

La utilización del oro en tratamientos médicos se remontan a miles de años atrás. Culturas antiguas, como la egipcia y china, empleaban preparados medicinales a base de oro para el tratamiento de algunas enfermedades.

Imagen de Queena Deng. / Pixabay.
Imagen de Queena Deng. / Pixabay.

El uso del oro para tratar enfermedades

La primera referencia al uso del oro en el tratamiento de enfermedades data del año 2500 a. C. por parte de médicos y cirujanos en la antigua China, especialmente para tratar la fiebre, sarampión o infecciones en general. Sin embargo, el uso real del oro en la medicina en el mundo occidental comenzó alrededor del año 1300 d. C. con el descubrimiento del agua regia, una mezcla de ácido clorhídrico y ácido nítrico utilizada para disolver el oro.


A mediados del siglo XVII, Nicholas Culpepper, alquimista inglés, recetaba la ingesta de una solución de oro potable para tratar cualquier afección producida por cambios en los signos vitales, como náuseas, desmayos, fiebre y epilepsia.


Los más pudientes incluso masticaban láminas de oro y aliñaban las comidas con polvo de este preciado material. El rey francés Luis XII llegó a beber gran cantidad de oro líquido para intentar cuidar su delicada salud.


Como podemos ver, el oro también ha sido utilizado históricamente en medicamentos para el tratamiento de una amplia gama de dolencias. Es lo que se conoce como crisoterapia, un proceso terapéutico que se practica con sales de oro. Ha demostrado su eficacia en el tratamiento de la artritis reumatoide, por reducir la progresión del proceso inmune.


Aplicaciones médicas actuales

Además del uso de las aleaciones de oro en la odontología para la fabricación de prótesis y las restauraciones dentales, también hay una serie de aplicaciones directas en dispositivos médicos. Y, al igual que en las aplicaciones dentales, estas están relacionadas con la excelente biocompatibilidad del oro como material.


Este metal posee un alto grado de resistencia a la colonización de bacterias y es hipoalergénico. Por eso, entre las aplicaciones actuales, se encuentran los cables para marcapasos y los stents chapados en oro que se utilizan en el tratamiento de las enfermedades cardíacas. Además, gracias a sus propiedades, se considera un metal muy valioso en la microcirugía del oído.

 

Un posible aliado contra el cáncer

En los últimos años, las propiedades de los compuestos de oro han despertado un gran interés en la comunidad científica debido a su potencial como agentes anticancerígenos. Recientemente, un grupo de investigadores logró un avance significativo al desarrollar una técnica para hacer crecer nanopartículas de oro directamente dentro de las células cancerosas en apenas treinta minutos, lo que podría revolucionar el tratamiento contra los tumores.


Hasta ahora, estructuras como nanoestrellas y nanotubos de oro habían sido utilizadas en la lucha contra el cáncer, pero el principal desafío era introducir estas nanopartículas en los tumores de manera eficaz. La investigación, publicada en Nature Communications, representa un pequeño, pero crucial paso hacia un tratamiento más efectivo y específico para una de las enfermedades más letales del mundo. Este hallazgo abre la puerta a futuras terapias innovadoras.


Las nanopartículas de oro, con tamaños de entre 1 y 100 nanómetros, están siendo investigadas como posibles transportadores de fármacos, agentes de contraste en imagenología y radiosensibilizadores. Sus propiedades fotoacústicas y fototérmicas, derivadas de la resonancia de plasmones de superficie localizados, las convierten en herramientas prometedoras para tratamientos hipertérmicos contra el cáncer y en la obtención de imágenes médicas más precisas.


Una ventaja clave de las nanopartículas de oro es su capacidad para distribuirse gradualmente por todo el cuerpo, centrarse en los tumores y eliminarse de forma segura a través de la orina. Ensayos clínicos han demostrado que esta tecnología no solo mejora la calidad de vida de los pacientes, sino que también reduce el daño a las células sanas, un efecto secundario común en terapias convencionales como la quimioterapia.

Nanopartículas de oro patentadas por TORSKAL y sintetizadas a partir de química verde (solución púrpura), extracto vegetal liofilizado, polvo vegetal y hojas vegetales secas. / FAIRMINED.

Cuando las nanopartículas de oro se combinan con la terapia fototérmica (PTT), presentan beneficios adicionales: pueden administrarse de forma localizada en los tumores, limitando su distribución no específica, y activarse mediante láser infrarrojo cercano (NIR), lo que permite una mayor penetración en los tejidos profundos. Este enfoque ofrece innovadora esperanza para desarrollar tratamientos más precisos y menos invasivos contra el cáncer.

“En efecto, el oro es uno de los metales más biocompatibles, ya que no provoca ningún tipo de reacción adversa ni tóxica al entrar en contacto con la piel, los tejidos o los órganos internos”. Prajwal Chandra, Gerente de Marketing & Comunicaciones de TORSKAL.

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