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Elecciones presidenciales: La interdependencia de Biden y Trump

Después de la contundente victoria de Donald Trump en las primarias republicanas de Iowa el lunes por la noche, Joe Biden ya está mirando hacia las elecciones presidenciales de noviembre, con la esperanza de un nuevo enfrentamiento con su predecesor.

El expresidente Donald Trump (izquierda) y el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden (derecha).

El lunes 15 de enero, el expresidente estadounidense ganó la primera de las primarias republicanas en Iowa con el 51% de los votos, superando significativamente a Ron DeSantis (21%) y Nikki Haley (19%), sus únicos rivales actuales en la derecha. Este resultado refuerza la posibilidad de una revancha entre Joe Biden y Donald Trump el 5 de noviembre.


Donald Trump "es claramente el favorito del otro bando", reaccionó Joe Biden después de los resultados en Iowa a través de su cuenta de X. "Estas elecciones somos tú y yo contra los extremistas trumpistas", añadió. Biden no enfrenta a un candidato demócrata fuerte para la futura nominación. A pesar de su impopularidad, salvo sorpresa mayúscula o un grave problema de salud que le obligue a retirarse, el presidente de Estados Unidos tiene casi asegurada la nominación de su partido.


Biden, que recién ha iniciado su campaña, fortaleció su narrativa. En el primer discurso de su campaña, el 6 de enero, acusó a su predecesor de querer "sacrificar la democracia estadounidense" y de utilizar una retórica nazi. "Dice que la sangre de los estadounidenses se está envenenando, utilizando exactamente el mismo lenguaje que en la Alemania nazi", declaró, cerca de Valley Forge (Pensilvania), un lugar histórico de la Guerra de Independencia estadounidense.


Biden ya había dado la voz de alarma en el primer aniversario del asalto al Capitolio y nuevamente en septiembre de 2022, cuando acusó a Donald Trump y a los miembros más radicales de su partido de hacer retroceder al país.


El miedo a la figura de Trump 

"Joe Biden intenta capitalizar los líos de Donald Trump y el miedo generalizado a los discursos sobre el fin de la democracia para movilizar a su base electoral y más allá", analiza Lauric Henneton, profesor de la Universidad de Versalles-Saint-Quentin-en-Yvelines (UVSQ). "Solo que el argumento del miedo a Trump ya no funciona como pudo haber funcionado en 2020", añadió el profesor. 


Durante las elecciones de 2020, Joe Biden se presentó como un moderado, con la experiencia y la empatía necesarias para hacer olvidar al turbulento Donald Trump. Estos argumentos anti-Trump se reutilizaron en las elecciones intermedias de 2022. Una estrategia que funcionó, ya que el bando de Biden desbarató los pronósticos de una aplastante derrota, consolidando su mayoría en el Senado. Aunque salió reforzado de esta secuencia electoral, hoy ya no es así, de ahí el interés de Biden en convertir la votación del 5 de noviembre en un referendo contra Donald Trump.


"Biden agita al 'espantapájaros' Trump, o al 'coco' Trump, para que funcione el argumento del miedo y el rechazo", afirmó Henneton. "Esta exigencia de votar contra el otro no es específicamente estadounidense (lo vimos en las segundas vueltas de las presidenciales francesas), pero está muy extendida en Estados Unidos. La gente no vota (a un candidato) republicano porque ame a los republicanos, sino porque está convencida de que los demócratas no saben gestionar la economía, por ejemplo".


En caso de otro duelo, Biden-Trump, ganaría, según el portal FiveThirtyEight, este último, que ofrece un resumen de las encuestas nacionales. Pero como esta ventaja solo representa unos pocos puntos (dos puntos con fecha del 16 de enero), Biden aún podría ganar. 


Nikki Haley, una amenaza para Joe Biden 

Por otra parte, excluir al expresidente de la papeleta -como hicieron los estados de Maine y Colorado, declarándolo inelegible por sus actos del 6 de enero de 2021- no sería favorable para el demócrata, que no tiene ningún deseo real de enfrentarse a la rival más seria de Donald Trump, Nikki Haley. De hecho, en caso de un duelo Biden-Haley, los sondeos muestran que ella aventajaría al presidente demócrata por un margen aún más claro (ocho puntos con fecha del 16 de enero) que en el caso de un duelo Biden-Trump. 


Aunque la suerte aún no está echada en el bando republicano, Nikki Haley cuenta con su sólida experiencia política. Inicialmente representante por Carolina del Sur (2005-2011), luego gobernadora de ese mismo estado durante seis años y finalmente embajadora de Estados Unidos ante la ONU durante casi dos años bajo la Presidencia Trump.


"Joe Biden teme más una candidatura de Nikki Haley que una de Donald Trump, porque Halley sería una candidata mucho más difícil de desacreditar", afirma la politóloga Marie-Christine Bonzom, especialista en Estados Unidos y excorresponsal de la BBC en Washington. "Nikki Haley es mucho menos controvertida. En un debate, ganaría de lejos a Biden o a Trump".


En un Partido Republicano cada vez más conservador, Nikki Haley es una mujer que también apuesta por sus orígenes sijs. "Ella representa una alternativa posible y una candidatura centrista que falta en el panorama actual".


La edad también es un factor importante en estas elecciones, con Joe Biden desafiando a ser el primer octogenario en ser reelegido presidente de los Estados Unidos. Con 51 y 45 años, respectivamente, Nikki Haley y el gobernador de Florida, Ron DeSantis, tienen el argumento de la juventud frente a un presidente de 81 años que tropieza u olvida lo que dice cuando habla en público. Razón de más para que Joe Biden prefiera tener enfrente a un Donald Trump de 77 años. 


"Joe Biden puede ser viejo, pero no está senil", afirma Jérôme Viala-Gaudefroy, profesor de Sciences-Po Saint-Germain-en-Laye y experto en Estados Unidos. "Es cierto que físicamente está muy débil y no es un referente de fuerza ante los ojos del electorado. Estos puntos débiles ya se mencionaron durante las elecciones de mitad de mandato y, sin embargo, consiguió desmentir los sondeos". 


La 'mutua necesidad' entre Trump y Biden

Si Donald Trump es el candidato republicano favorito de Joe Biden, lo contrario también es cierto. Ya no cabe duda de la interdependencia entre los dos principales candidatos de los partidos en declive.


Según una reciente encuesta de Gallup, en 2023, el 27% de los estadounidenses se identificaron como demócratas, el nivel más bajo desde que el instituto empezó a encuestar a los estadounidenses en 1988. Y el 27% de los estadounidenses se identificaron como republicanos. Estas cifras están muy por debajo del 43% de los encuestados que se identificaron como independientes, igualando el récord de 2014 para los dos principales partidos políticos.


Todos buscan, por tanto, ganar votos de los independientes. "Donald Trump es absolutamente imprevisible y eso puede ahuyentar a los independientes y a los votantes indecisos", afirma Jérôme Viala Gaudefroy. "En el caso de un duelo Trump-Biden, Trump solo puede ganar si hay una baja participación en el lado demócrata".  


"La gran mayoría del pueblo estadounidense no quiere a ninguno de los dos", apunta Marie-Christine Bonzom. "Eso ocurre en todas las elecciones. Los votantes dicen: 'Voto por el menor de los dos males'. Por tanto, los dos hombres se necesitan mutuamente para mantener su existencia en la escena política y electoral estadounidense, porque consideran que son el mejor repelente el uno del otro".


Con información de: www.france24.com

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