Es interesante lo que los originales en griego dicen acerca del oficio que Jesús realizó antes de iniciar su ministerio público. Y, esto es algo que echa una mejor luz para conocerlo un poco mejor.
Los papiros 67 y 64 (140DC - 180DC aprox.), que están entre los más antiguos que contienen los evangelios de Mateo o Marcos, describen a Jesús con un oficio llamado "tekton". Aquello que la gente de su propio pueblo, al ver sus milagros, se preguntaba de Jesús: "¿No es este el 'tekton', hijo de María, hermano de Jacobo, José, Simón y Judas?" (Marcos 6). ¿Qué significa realmente la palabra Tekton? Si bien Justino, en el siglo II, asumió que significaba solo "Carpintero" y luego aquello se hizo popular, hoy muchos apologetas concluyen que, en realidad, la traducción de Justino fue algo reduccionista.
El término Tekton, en el mundo griego del primer siglo, era algo mucho más amplio, y no se le llamaba así a cualquiera. Tenías que haber demostrado con tu trabajo y tus habilidades para ser conocido con el oficio de Tekton. El tekton era un maestro ducho que podía ser un carpintero, pero al mismo tiempo un constructor, un artesano, un herrero, un albañil o hasta un cantero. El maestro del pueblo. El hombre orquesta capaz de resolver todo tipo de problemas prácticos. No por nada la palabra nuestra 'Arquitecto' proviene de esa misma raíz griega 'Tekton'. (Archi: Principal, y Tekton: Maestro).
O sea, un experto local que podía ser contratado para resolver, construir o mejorar un montón de situaciones cotidianas. Alguien capaz de construir una silla, pero también de planificar una obra, de arreglar un tejado, de refaccionar el mecanismo de un pozo, de nivelar un cielorraso o de pulir una mesa. Incluso uno hábil en levantar una sólida pared de ladrillos o en tender una cerca con medidas exactas.
Podríamos imaginarlo: Un Jesús hábil con las manos en sumo grado. Un hombre ingenioso, útil a la sociedad, de buena disposición, trabajador, entrenado en labores concretas, conocedor de técnicas profesionales para hacer lo suyo. Esto me recuerda aquellos pasajes que él pronunció: "Todo el que venga a mí y oiga mis palabras y las ponga en práctica, les diré a quién es semejante. Es semejante a un hombre que, al edificar una casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre roca. Al sobrevenir una inundación, rompió el torrente contra aquella casa, pero no pudo destruirla por estar bien edificada". (Lucas 6).
O este otro pasaje... "Porque ¿quién de ustedes, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar". (Lucas 13). No por nada, también, en una asombrosa profecía de Jesús, unos mil años antes de su nacimiento, el propio Rey Salomón lo llama como aquel "Obrero Maestro" que construyó el Universo mismo.
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