La incertidumbre en torno al liderazgo en Corea del Sur amenaza con debilitar la alianza entre Seúl, Tokio y Washington, considerada un contrapeso clave frente a la influencia de China. Este escenario podría complicar los esfuerzos del presidente electo Donald Trump al asumir el cargo en enero, advierten expertos.
La crisis política se ha intensificado tras las controversias vinculadas al presidente Yoon Suk Yeol, quien enfrenta una investigación por traición luego de declarar y revocar la ley marcial en cuestión de horas. Aunque evitó su destitución en una reciente votación, el principal partido opositor anunció que insistirá en su destitución, generando un clima de inestabilidad que afecta tanto al gobierno como a la región.
Renuncias de altos funcionarios, tensiones dentro del partido gobernante y el control incierto de las fuerzas armadas que reflejan un panorama caótico. Analistas coinciden en que esta situación podría debilitar la seguridad regional y dificultar la cooperación trilateral con Japón y Estados Unidos frente a desafíos como Corea del Norte y la creciente influencia de China.
Además, el debilitamiento del liderazgo en Japón tras la pérdida de mayoría parlamentaria del Partido Liberal Democrático y el cambio de primer ministro agravan la situación. Este escenario plantea dudas sobre la capacidad de ambos países para mantener su papel estratégico en el noreste asiático.
Mientras tanto, la administración entrante de Trump deberá lidiar con un entorno marcado por la incertidumbre política en Corea del Sur y la posibilidad de un cambio en su política exterior si el partido opositor asume el poder. Esto podría poner a prueba los avances logrados en los últimos años en las relaciones trilaterales entre Seúl, Tokio y Washington.
La influencia de China también se perfila como un factor crítico, ya que Beijing podría buscar aprovechar la situación para fortalecer sus lazos con un posible gobierno surcoreano liderado por el Partido Demócrata, tradicionalmente más abierto a la cooperación con China.
En este complejo contexto, los expertos destacan la importancia de mantener una estrecha coordinación trilateral, aunque advierten que las prioridades de política exterior de Trump y su preferencia por enfoques bilaterales podrían limitar los avances logrados bajo la administración Biden.
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