La Moral Cristiana: ¿Por qué es tan importante hoy en día?

Por Pablo Cristaldo

"Anticuados, retrógrados, fachos, fanáticos", y un sinfín de motes, burlas e insultos de todo tipo son los que en cada momento recibimos los que estamos apegados a la única forma posible de sana convivencia. La moral cristiana cumple un papel vital en el desarrollo de una sociedad ordenada, limpia, y pujante, y en este artículo les explicaré cómo y porqué.

Hubo pensadores, a través de la historia, cuya incursión motivada por el odio hacia el concepto de un Dios merecedor de Gloria, e imparcial con el pecado, ha causado más daño que beneficio al pensamiento popular. Foto: Archivo.

Analizando a grandes rasgos el comportamiento promedio de militantes de izquierda (la gran mayoría de ellos en manifiesta oposición a la moral bíblica, por la naturaleza misma de sus reclamos), no encontramos en ellos deseo alguno de vivir en un ambiente de respeto colectivo, aunque ellos argumenten lo contrario, ya que la sociedad moral pudo sobrellevar todas las dificultades de manera exitosa a lo largo de la historia. Por ejemplo, el feminismo pregona el derecho al aborto, y esto, obviamente representa un problema de índole demográfico, ya que ante la "liberación sexual" y la falta de compromiso por parte de la sociedad en formar familias y criar hijos, cada vez seremos menos, y en constante disputa. Esto, obviamente contradice los preceptos bíblicos de fidelidad al matrimonio y el derecho a la vida, pilares fundamentales en el mantenimiento de cualquier país.

Si vamos a hablar de los "derechos LGBT" como ser el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo, de igual modo nos encontramos en un gran problema. Se sabe a ciencia cierta que entre personas del mismo sexo no existe la posibilidad de procrear, entonces no se ve la lógica en proteger estatalmente a una unión que no puede concebir ciudadanos. Si profundizamos aún más en este comportamiento también encontramos que bíblicamente la homosexualidad implica el uso incorrecto de los órganos genitales, por lo cual también acarrean lógicamente problemas y enfermedades sexuales. Lo que Dios nos ha dado para la reproducción y recreación se debe dar dentro del contexto del matrimonio, el cual es un pacto que dos personas de sexos opuestos hacen con Dios, y como en cualquier pacto donde cada parte hace su parte, se obtienen bendiciones y beneficios exclusivos imputables a las partes y a nadie fuera de ellas.

Obviamente, también existen personas que se hacen llamar a sí mismas cristianas, o seguidoras de Cristo, sin embargo no existen frutos o evidencias en su comportamiento que nos confirmen tal profesión. Esto lo menciono debido a otros modos de actuar ajenos a la moral cristiana, como ser el robo, la mentira, las palabras vanas, el mal ocio, los vicios, etc., en resumen, las cosas que son contrarias a lo que Dios demanda de sus criaturas y que afectan negativamente al entorno en donde éstas criaturas se desenvuelven. Ante el cúmulo de maldad vemos la decadencia de nuestro mundo, cada vez más pecaminoso, más malo, más violento y menos consciente de la necesidad de volver a Dios en arrepentimiento y resarcimiento de los daños ocasionados.

Como siempre lo he creído y ahora mismo lo he confirmado: Al igual que hoy se valoran los bosques por la escasez de ellos, se valoran los alimentos naturales por el exceso de lo sintético, y el tiempo de esparcimiento por el abuso de las responsabilidades, así mismo se valorará la moral cristiana ante el alejamiento de Dios, la decadencia y la autodestrucción.

Cada vez vivimos menos y peor. En todo sentido. La verdad siempre estuvo al alcance, no podemos simplemente alegar ignorancia. Nuestra conciencia nos acusa y hemos preferido estar de espaldas a ella.