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La Teocracia cananea: El mejor sistema de gobierno de la historia

Por Pablo Cristaldo


El estado de los hebreos era en ese entonces un bosquejo de progreso milenario. La religión como ideología política no parece descabellada al profundizar objetivamente sus elementos desde el plano del Dios de los judíos.


Foto: tribuna.org.mx

En el Pentateuco (los primeros cinco libros del Antiguo Testamento) Moisés recorre la historia del pueblo hebreo desde la Creación misma, hasta su posterior salida de la esclavitud de Egipto. Este último evento, como ejemplo paradigmático, de pueblo que se constituye en estado. Así, cuando los hebreos salen de Egipto, liberados por Moisés, se encuentran como "pueblo sin estado", que debe "partir de cero", para constituirse como estado.


Los hebreos, ante la necesidad de considerar una suprema potestad, deciden someterse a Dios, y constituirse en una teocracia. Ahora bien, el lugar de Dios debe ser ocupado por una autoridad humana como representación, que en primer lugar se trata del profeta Moisés, el líder que los liberó de Egipto.


Una vez que Moisés muere, su sucesor (Josué) toma su lugar.


Pasado el tiempo, el pueblo de Israel se muestra disconforme con el sistema teocrático, y comienzan a exigir un monarca que "represente la voluntad de Dios", en virtud al sistema que los pueblos paganos circundantes adoptaron, para no "romper el molde", solo que dicho sistema no garantizaba la intervención divina en asuntos del gobierno, algo que después, efectivamente sucedería ante la desobediencia del pueblo en mantener el sistema inicial.


Sin embargo, si bien Moisés detentaba la autoridad divina de forma visible (puesto que es él quien recibe las Tablas de la Ley), toda autoridad posterior, debe contar con algún mecanismo para asegurarse la obediencia de los súbditos. Dicho mecanismo, es, obviamente, la ley judía.


La ley judía, juega para los hebreos un doble papel político: el de dar cohesión al colectivo al reconocerse cada individuo como perteneciente a un colectivo obediente a una fe y a unas leyes heredadas del profeta Moisés; y por otra parte como representación de la autoridad política efectiva.


De esa manera, la ley judía aparece como una "ideología nacional", una representación de la unidad de la nación judía, y como tal, una justificación de la obediencia a la autoridad que, de forma efectiva constituye el estado. De este modo, se da la realidad de la obediencia del pueblo a un soberano, que, finalmente, dirigiría al pueblo a un sistema moral sin precedentes en la historia.


De esta manera se muestra a la ley judía como la regla moral revelada más acabada y efectiva, históricamente sostenible, reforzada por los milagros sobrenaturales causados por Dios, que comunicaban la necesidad de obedecer las leyes que constituyen el estado, y sus injerencias directas en la práctica de la caridad y la justicia, que son indispensables en dicho estado.


Algunos principios de la Ley Judía. Moisés estableció principios legales importantes entre los que destacan:


-Salvar una vida. Conocido como Pikuach Nefesh, es, sin duda alguna, el principio legal judío más importante. Su fuente es bíblica (Levítico 18:5 y Deuteronomio 30:19) y de aquí, se concluye que no hay prioridad más alta que la de salvar una vida, sea la propia o la de un semejante, sea este natural o extranjero.


-No crear obstáculos. (Levítico 19:14 y Deuteronomio 27:18). El propósito fundamental de este principio no es sólo el enfatizar una acción tan obvia como la de que no debemos obstruir el paso de un ciego, como el de instruir a los judíos que no se debe guiar a un hombre por el mal camino ni impulsar al débil o inexperto para que viole las leyes. Ejercer la buena voluntad. Dentro de la legislación judía ciertas acciones están prohibidas porque tienen el potencial de romper la armonía entre comunidades. El mantener una buena relación es un principio establecido.


-El principio del diezmo y las ofrendas: Moisés estableció un porcentaje de la producción de la tierra que Dios había cedido a su pueblo para el cuerpo gubernamental de aquel entonces: La Tribu de Leví, quienes no tenían parte con las demás tribus de Israel, en cuanto a latifundio, ya que debían dedicarse de lleno a los asuntos de gobierno y culto. Estos diezmos y ofrendas no correspondían a dinero propiamente, sino al fruto de la tierra, o al fruto del ganado. Esto impedía en gran manera las prácticas de corrupción y limitaba el ejercicio de las funciones a los descendientes de Leví, evitando así también las prácticas de nepotismo.


-El sistema legislativo. Normalmente, cuando se adentra en el sistema legal del Israel cananeo, podrían resultar hasta exageradas algunas exigencias divinas como ser el apedreamiento por adulterio u homosexualidad, y otras que tal vez nos resulten razonables, como ser muerte por incesto, pedofilia o bestialidad, pero también encontramos verdaderas luces jurídicas que nos pueden sorprender aún hoy en día. Por ejemplo, estaba prohibido mantener a un esclavo como tal por más de siete años; cumplido ese tiempo, debía quedar en libertad, sin contar con el hecho de que los amos estaban regulados a su vez por leyes que impedían el sadismo, o cualquier otra injusticia en el que podría incurrir al tratar con esclavos. Si se daba el caso de un amo quien haya sido injusto o despiadado con su esclavo, éste, de acuerdo con la gravedad de la lesión o el daño, podía quedar en libertad antes de tiempo. Incluso podía darse en caso de que el esclavo, por voluntad propia, quedaba como esclavo durante el resto de su vida. Si esos casos fueron una constante en ese estado judío, entonces podemos decir, sin miedo al error, de que los amos cumplían a cabalidad con las directivas.


En relación a la esclavitud, el pago de deudas podía hacerse ofreciéndose uno mismo en esclavitud por algún tiempo, hasta que la deuda esté totalmente saldada. De esta manera no había deudas entre ellos.


También existían leyes que favorecían a los más desprovistos; se debía separar una parte de las cosechas a los huérfanos y las viudas, y de esta manera se erradicaba por completo la indigencia.


-La Ley del Talión. (Latín: lex talionis). Es el principio de la justicia retributiva expresada en la frase “ojo por ojo“. Esta ley definió y restringió el alcance de las represalias, limitando así la venganza. Las leyes del Antiguo Testamento reflejan el espíritu de esta ley.


En referencia a los crímenes, la opinión del Antiguo Testamento “ojo por ojo” a menudo se ha interpretado, especialmente en el judaísmo, para aplicar una compensación monetaria equivalente. En otras culturas, como el Islam, el código se ha tomado más literalmente: un ladrón podría perder una de sus manos como castigo.


Éxodo 21: 23-25 dice sin rodeos: “Pero si hay lesiones graves, debe tomar vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por lesión, hematoma por hematoma”. (Lev. 24: 17-22 y Deut. 19:21). Muchas personas coincidirán con el concepto y lo aprobarán como principio regulatorio.


También podríamos observar principios respecto al trato ejemplar que recibían las mujeres en relación a los demás pueblos de la época. La ley judía protegía a las mujeres del maltrato y la cosificación (Ex. 21:10; 21:15, 21:20, 21:22, 22:16, 22:22, etc.), leyes a favor de la defensa personal (Ex. 22:2), en contra de la xenofobia (Ex. 22:21, 23:9), en contra de la usura (Ex. 22:25), en contra del falso testimonio (Ex. 23.1), leyes de honestidad (Ex. 23:4), leyes de la igualdad (Ex. 23:2, 23:6), en contra de la coima o el soborno (Ex. 23:8), incluso leyes a favor del bienestar del pueblo (Ex. 23:12-13), entre otras leyes que, por motivos de espacio, dejaremos de mencionar.


Por esto y mucho más, la Teocracia Judía es considerada la mejor forma de gobierno de la historia.

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