| Por Thomas Watson
Quienes son hijos verdaderos de Dios temen dispararle; pero quienes son bastardos, y no hijos, no se preocupan de dispararle en el Cielo con sus juramentos y sus maldiciones.
Una mujer le dijo a su esposo que, de entre sus tres hijos, solo uno era legítimo. El padre, que se encontraba en su lecho de muerte, deseaba que los albaceas - personas encargadas de hacer cumplir la última voluntad de un difunto y custodiar sus bienes hasta que se repartan entre los herederos - descubrieran cuál era su hijo verdadero para legarle todos sus bienes.
A la muerte del padre, los albaceas ataron su cadáver a un árbol y entregaron arcos y flechas a cada uno de sus hijos, diciéndoles que quien atinara más cerca de su corazón se quedaría con la herencia al completo.
Dos de los hijos dispararon tan cerca como pudieron de su corazón, pero el tercero sintió la fuerza de la sangre de una manera tan intensa que se negó a disparar.
Esto sirvió a los albaceas para determinar que era su verdadero hijo, y le entregaron toda la herencia.
Quienes son hijos verdaderos de Dios temen dispararle; pero quienes son bastardos, y no hijos, no se preocupan de dispararle en el Cielo con sus juramentos y sus maldiciones.
¿Somos respetuosos de la memoria de nuestro Padre Celestial? ¿De su santo nombre? Nuestra vida y testimonio es consecuente con El Nombre a quien decimos representar?
BIOGRAFÍA DEL AUTOR
Thomas Watson (1620 – 1686)
Fue un inconformista predicador y escritor puritano inglés.
Fue educado en el Emmanuel College, Cambridge, donde estudió exhaustiva- -mente. En 1646 comenzó un pastorado de dieciséis años en St. Stephen's, Walbrook. Fue muy apegado a la monarquía inglesa del rey Carlos I, quien fuera ejecutado y por lo cual protestó enérgicamente.
Watson fue encarcelado brevemente con algunos otros ministros por su participación en el complot de Christopher Love para reivindicar en el trono a Carlos II de Inglaterra. Fue liberado el 30 de junio de 1652, y fue formalmente reinstalado como vicario de St. Stephen's Walbrook.
Obtuvo gran fama y popularidad como predicador hasta la Restauración, cuando fue expulsado por no firmar el Acta de Conformidad promulgada por el parlamento inglés en 1662. A pesar del rigor de los actos contra los disidentes, Watson continuó ejerciendo su ministerio en privado cuando encontró oportunidades.
Tras la Declaración de Indulgencia en 1672 obtuvo una licencia para predicar en la gran sala de Crosby House. Después de predicar allí durante varios años, su salud cedió, y se retiró a Barnston, Essex, donde murió repentinamente mientras oraba en secreto. Fue enterrado el 28 de julio de 1686.
LIBRO RECOMENDADO DE LA SEMANA
La Doctrina del Arrepentimiento: La malignidad del pecado y el deber de la abnegación | Thomas Watson
Se podría argumentar que el "arrepentimiento" es una de las palabras menos utilizadas en la iglesia cristiana actual. En un mundo que no tolera la mención del pecado, y en las iglesias donde éste se ha definido sólo en términos sociológicos, la enseñanza bíblica sobre el arrepentimiento ha sido inevitablemente ignorada. Saber qué es el arrepentimiento y qué es realmente arrepentirse es esencial para el verdadero cristianismo. Jesucristo mismo dijo que si no nos arrepentimos, pereceremos. Por lo tanto, es vital leer y estudiar lo que la Escritura tiene que decir sobre este tema. Pocos guías mejores han existido en esta o en cualquier otra área de la experiencia espiritual que Thomas Watson. Watson fue un maestro tanto de las Escrituras como del corazón humano, y escribió con una sencillez y franqueza que mantiene su obra fresca y poderosa para el siglo XXI.
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