Según el libro: Si juntamos todo el dinero del mundo y lo dividimos equitativamente con todos los habitantes del planeta, en cinco años, el dinero volvería a las manos de quienes lo poseen actualmente. ¿Cuáles son las diferencias entre las personas que han llevado un estilo de vida alto y las personas pobres?
Por Pablo Cristaldo
Vamos a ver las diferencias en este breve resumen del libro escrito por T.Harv Eker. Algunos dirán que el secreto de los millonarios es que “nacen en cuna de oro”, o “tienen mucha suerte”; pues no. Lo que determina que una persona viva un estándar de vida elevado en su economía es su manera de pensar respecto al dinero.
Vamos a ver las diferencias entre la forma de pensar de una persona rica, y una persona pobre:
1- Los ricos piensan: “Yo creo mi vida”, mientras los pobres piensan: “La vida es lo que me sucede”: Los ricos no dependen de los “vientos que lo lleven a cualquier parte” en materia económica. No juegan a la suerte. Elaboran estrategias y las respetan a fin de llegar a sus objetivos, en la mayoría de los casos a largo plazo.
2- Los ricos juegan el juego del dinero para ganar, los pobres juegan el juego del dinero para no perder: Los pobres no aceptan riesgos, por ende, no obtienen ganancias considerables. Aceptan trabajos que no les gusta y lo cuidan por temor a quedarse sin ingresos, mientras que los ricos van por todo, riesgos y son ambiciosos.
3- Los ricos se comprometen a ser ricos, mientras que los pobres solo lo desean: Los pobres envidian a los ricos por lo que tienen, sin poner a funcionar el cerebro en cómo obtener lo mismo. Los ricos piensan en cómo obtener más.
4- Los ricos piensan en grande, los pobres piensan en pequeño: El pobre puede arriesgar todo lo que tiene en un proyecto pequeño, al igual que un rico arriesga todo lo que tiene en un proyecto grande. El riesgo es el mismo para ambos. Si los dos corren con la misma suerte en la derrota, ambos estarán en la misma posición, pero si ambos ganan, el que gana más, por lógica, será el rico. Siempre hay que apuntar en grande.
5- Los ricos se centran en las oportunidades, y los pobres se centran en los obstáculos: Centrarse en los obstáculos bloquea nuestras mentes y nos impiden avanzar, mientras que pensar en las oportunidades nos da claridad para pensar en soluciones, vencer los obstáculos y avanzar.
6- Los ricos admiran a otras personas prósperas, mientras los pobres sólo envidian a los exitosos y prósperos: Es tiempo de analizar los buenos ejemplos de personas que han tenido éxito en los negocios, para emular sus acciones y pensamientos. Envidiar sólo nos dará sensaciones desagradables que no harán de nosotros mejores, ni tampoco de ellos peores.
7- Los ricos se relacionan con personas positivas y prósperas, mientras que los pobres se relacionan con personas negativas y sin éxito: El ser humano se adapta a su entorno. Es momento de analizar si nuestras amistades o personas que frecuentamos nos arrastran hacia el fracaso o nos motivan a mejorar.
8- Los ricos están dispuestos a promocionarse a ellos mismos, los pobres piensan de manera negativa con relación a las ventas y autopromoción: Pensar negativamente acerca de uno mismo es el primer paso hacia la autodestrucción. Creer que podemos ser buenos vendedores y ofrecer buenos productos es el camino al éxito.
9- Los ricos son más grandes que sus problemas, mientras que los pobres son más pequeños que sus problemas: Los ricos creen que tienen la capacidad de solucionarlo todo, aunque tengan miedo, mientras que los pobres se bloquean de antemano con frases como “No será posible para mí”.
10- Los ricos son excelentes receptores, los pobres son pésimos receptores: Los ricos son agradecidos cuando reciben presentes, y los reciben con la mejor actitud. Aprovechan su tiempo leyendo libros, se enfocan en las cosas que los ayudan a ser exitosos, mientras que los pobres ven contenido basura en la TV, escuchan música de baja calidad de contenido y no se proyectan a superarse a ellos mismos.
11- Los ricos eligen que se les pague según sus resultados, los pobres eligen que se les pague según el tiempo empleado: El haber trabajado muchas horas en un proyecto no garantiza que el proyecto sea bueno, además, el día no puede tener más horas de las que ya tiene para que el pobre cobre más, siempre estará limitado por la cantidad de horas que trabaje. El rico busca optimizar su trabajo según los resultados, y no depende del tiempo que le brinde el día para producir.
12- Los ricos piensan que pueden tener las dos cosas, los pobres piensan que sólo se puede tener una de las dos cosas: Los ricos piensan que pueden tener todo, y ponen su cerebro a funcionar para tenerlo todo, mientras que los pobres se limitan de antemano creyendo que hay que elegir entre una cosa y la otra, porque creen que no se puede tener todo.
13- Los ricos se centran en el patrimonio neto, los pobres se centran en su salario: En ambientes mediocres, una persona con un buen salario es preciada, mientras que en ambientes de éxito una persona que hace inversiones y optimiza su tiempo en negocios es valorada. Trabajar por dinero no debe ser más que el dinero trabajando para uno.
14- Los ricos son buenos administradores de dinero, mientras que los pobres malgastan: El rico invierte en acciones, que le generan más dinero, y el pobre malgasta en cosas que sólo podrá disfrutar un momento, y después vuelve a su miseria anterior, sin haber invertido nada. Debe trabajar más para pagar las deudas y el círculo vicioso nunca se rompe.
15- Los ricos hacen que el dinero trabaje para ellos, los pobres trabajan mucho por dinero: Los ricos trabajan duro una vez en negocios que le rendirán frutos durante toda la vida, mientras que los pobres desgastan sus propias vidas en un salario que no crece.
16- Los ricos actúan a pesar del miedo, y los pobres dejan que el miedo los detenga: Hay más pérdida en una persona que no decide aventurarse a buscar mejores oportunidades de negocios por miedo a perder su trabajo estable, que otro con pensamiento de rico que decide arriesgarse, aun teniendo miedo, en negocios que harán crecer su patrimonio.
17- Los ricos crecen y aprenden constantemente, los pobres asumen que ya lo saben todo: No hay nada más suicida para una persona que creer que ya lo sabe todo. El orgullo de saber cuando no se sabe nada es la condena del pobre, mientras que el rico sigue aprendiendo, capacitándose y arriesgándose para un mejor futuro.