top of page

Las mejores vitaminas para evitar la caída del pelo

Un cuero cabelludo saludable depende de cuatro nutrientes fundamentales: los minerales (hierro, selenio, magnesio o zinc), ácidos grasos (omega 3 y omega 6), proteínas (colágeno y queratina) y las vitaminas.

Foto: Tamara Bellis. / Unsplash.

Entre el 80 y el 83% de la población mundial no cumple con las recomendaciones europeas de ingesta de vitamina E, según el informe ANIBES de la Fundación Española de Nutrición (FEN) dedicado a minerales y aportes vitamínicos.


El pelo tiene su propio ciclo: nace, crece, se cae y vuelve a salir, así que no hay que alarmarse al ver un puñado de cabellos en el desagüe porque puede tratarse de algo estacional. De hecho, suelen caerse unos cien pelos diarios, sobre todo en otoño y primavera. Sí hay que fijarse en la intensidad y la duración de la caída: si dura más de tres meses y/o nos despojamos de un 20% del cabello. El aporte nutricional necesario podremos obtenerlo en cápsulas o comprimidos, así como en champús enriquecidos, pero conviene empezar por adecuar nuestra alimentación.


Vitamina D para frenar la caída

Es esencial en distintos procesos del organismo, principalmente en la absorción y el mantenimiento del calcio, pero también juega un papel importante en los procesos de inflamación, en el sistema inmune, el crecimiento celular y el metabolismo. Nuestra piel, al contacto con la luz solar, produce este nutriente.

La vitamina D es una de las que nos ayudan a prevenir la caída del cabello y también podemos hacer acopio de ella a través de la alimentación: cereales, lácteos o salmón serán algunos de nuestros aliados.


Biotina para fortalecer

Conocida también como vitamina H, vitamina B7 o vitamina B8, fortalece el cabello y le da un extra de volumen que lo protege de su caída. Asume la función de coenzima estimulando la acción de algunas de las enzimas esenciales en los procesos de duplicación celular, favoreciendo el crecimiento de tejidos de rápida reproducción, como es el caso de la piel y del pelo. Disminuye también los niveles de caspa y es imprescindible para mejorar la salud de las raíces y los folículos.


Una dieta en la que estén presentes los huevos, las nueces y semillas, el pescado azul, las legumbres, los vegetales de hoja verde y los productos lácteos mantendrían a raya el déficit.


Vitamina A para el volumen

Ayuda a formar y mantener dientes, tejidos blandos y óseos, membranas mucosas y piel, favoreciendo la salud visual y contribuyendo a tener un embarazo y una lactancia saludables.


En cuanto al cabello, ayuda a las glándulas de la piel a que creen el sebo, que hidrata el cuero cabelludo y mantiene así su salud. La falta de volumen y la sequedad podría evidenciar su carencia. En todo caso, la encontramos en muchos alimentos, como algunos tipos de pescado azul, vísceras animales como el hígado de vaca, hortalizas (de hojas verdes, naranjas y amarillas, como la espinaca, la zanahoria o el pimiento), frutas, lácteos, cereales y huevos.


Vitamina E para el crecimiento

Actúa como antioxidante en el cuerpo para proteger a las células contra los daños causados por los radicales libres, los compuestos que se forman cuando el cuerpo convierte los alimentos que consumimos en energía, además de estar presentes en el ambiente. El organismo también se vale del aporte vitamínico de este nutriente para estimular el sistema inmune y que pueda combatir bacterias y virus, dilata vasos sanguíneos y estimula la interacción celular para cumplir con varios procesos.


Esta vitamina aporta la oxigenación necesaria para la circulación de la sangre, algo fundamental para que el pelo crezca a un buen ritmo, estimulando además la producción de sebo. Podemos encontrar la vitamina E dispuesta en muchos alimentos como los aceites y grasas vegetales, frutos secos en general y las nueces en particular, semillas, hortalizas y aguacate, entre otros.


Vitamina C para la vitalidad

La vitamina C es vital para el crecimiento y reparación de tejidos en todo el cuerpo, puesto que forma el colágeno que produce la piel, los tendones, los ligamentos y los vasos sanguíneos. Repara y mantiene el cartílago, los huesos y los dientes, ayudando además a absorber el hierro y a formar el tejido cicatricial. También es un antioxidante más que bloquea la acción de los radicales libres. El cuerpo no puede producirla por sí solo ni tampoco almacenarla, por lo que es importante incluir muchos alimentos que nos la aporten en la dieta diaria.


En cuanto al cabello, la vitamina C lucha contra la sequedad y la caída, puesto que el colágeno es también una proteína estructural importante para la salud capilar que fortalece folículos. Cítricos, kiwis, fresas, brócoli o pimientos, entre otros, aportan una buena cantidad y, aunque es fácil llegar a los mínimos recomendados, hay que tener en cuenta que, por ejemplo, los fumadores requieren de un aporte extra de unos 35 miligramos más. Si se consumen menos de 10 miligramos diarios estamos en una situación de carencia que podría desembocar en enfermedades asociadas.


En todo caso, lo más recomendable es acudir a un especialista para poder tener un mejor diagnóstico y saber cómo adecuar nuestra alimentación.


Con información de: www.elespanol.com

0 views0 comments
bottom of page