| Por: Diego Falcón
La infancia, la adolescencia y las relaciones interpersonales en una persona tienen gran influencia emocional, todo lo que vemos en una persona, sus acciones, su carácter etc, son productos de lo que ha vivido o lo que está experimentando en el presente, la amargura no es la excepción, la persona que sufre de este daño emocional es muy fácil de identificar, porque proyecta síntomas muy evidentes, y contamina por sus actitudes a los que conviven con él, y también con quienes se socializa en el vivir diario.
En una persona la amargura produce angustia en su alma, tristeza, desánimo, desesperación, desesperanza, resentimiento e ira. Es el veneno que contamina el alma acabando los valores de la personalidad de la persona. La amargura nos hace olvidar todos los buenos momentos vividos a nivel personal y a nivel social.
La amargura va creciendo en lo profundo del corazón del hombre, hasta ahogar los buenos sentimientos de la persona. También tiene un efecto engañoso, donde podemos identificar fácilmente a una persona con esas características, pero se hace difícil identificarla en nosotros mismos. La sanidad y libertad de la amargura está disponible para todo aquel que desee encontrar alivio para su alma, Dios desea caminar de la mano con las personas y llevarlos directo a su hospital, es ahí donde todo el interior es tratado, queda en evidencia lo que realmente hay en el corazón, pero no para avergonzar o juzgar, más bien es para que comience el tratamiento que lleva hacia la libertad, sanidad y renovación del alma. La amargura no debería ser parte de una persona, ya que destruye a la persona y por sus acciones daña a los demás.
¿Estás dispuesto a ir al hospital de Dios y ser libre de la amargura?
LIBRO RECOMENDADO DE LA SEMANA
Inteligencia Emocional - Daniel Goleman
La inteligencia emocional constituye un verdadero fenómeno editorial que no solamente revolucionó el concepto de inteligencia, sino que agregó una nueva expresión a nuestro vocabulario cotidiano y cambió el modo en que percibimos la excelencia personal. ¿Por qué no siempre el alumno más inteligente termina siendo el adulto que mayor éxito tiene en el trabajo? ¿Por qué algunos son más capaces que otros de enfrentar contratiempos, superar obstáculos y ver las dificultades bajo una óptica distinta? Un nuevo concepto viene a darnos la respuesta a estos interrogantes.
Es la inteligencia emocional la que nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo, incrementar nuestra capacidad de empatía y nuestras habilidades sociales, y aumentar nuestras posibilidades de desarrollo social.
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