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Molinos de viento: Origen, invención y evolución

Updated: Jul 13

Es una de las invenciones más antiguas. Posee distintos nombres dependiendo de la región y del uso específico que se le da. El concepto de molinos de viento, está muy ligado a la imagen de edificios redondos con grandes palas que el viento hace mover. Y, naturalmente, al Quijote, que los inmortalizó de una manera difícil de superar.


Imagen: Archivo.

La idea de aprovechar el viento surgió independientemente en diferentes culturas. Hay datos de sistemas movidos con la fuerza del viento muy primitivos en la antigua China, y también en Grecia. Según los historiadores, en Babilonia en el siglo XVII a. C, ya planeaban utilizar la fuerza del viento para hacer subir agua a zonas elevadas.


Actualmente, los molinos, además de un eje horizontal donde hay unidas unas bonitas aspas, llevan una serie de mecanismos para adaptar la energía que el viento cede a las aspas. Esto implica engranajes, ejes y otros sistemas que transforman el giro de las aspas en unas piedras de molino que ruedan. Y todo esto ha sido el fruto de muchos pequeños avances. Los primeros molinos eran más sencillos. En la parte móvil únicamente tenían un eje vertical y unas cuantas palas pegadas también en posición vertical. Además, una pared rodeaba el aparato de manera que el viento se dirige hacia un lado y empujara aquellas palas. Unida al eje vertical, se podía poner una piedra de molino que rodara cuando el viento soplara bastante fuerte. No sofisticadas tecnológicas, aunque la idea misma de aprovechar el viento para hacer el trabajo ya fue una gran innovación tecnológica. Hasta entonces, las únicas maneras de obtener energía sin una persona que se esforzara eran a partir de animales y probablemente de molinos de agua. El agua era algo más evidente y más potente que el viento para aprovechar la fuerza, por lo que la rueda hidráulica ya se había abierto paso, a la hora de pensar cómo hacerlo para aprovechar aquel movimiento.


Los conceptos de utilizar ejes y engranajes para terminar moviendo una piedra para moler el grano, ya los tenían en mente.


El problema con los molinos de agua, era que se necesitaban un río con bastante caudal para hacerlos funcionar. A pesar de que la mayoría de poblaciones humanas se iniciaron a la orilla de grandes ríos, muchos lugares tenían poblaciones alejadas de los cursos fluviales. En cambio, el viento puede soplar en todas partes sin limitaciones por disponibilidad de agua. El problema en el caso del viento es que no siempre sopla, no siempre lo hace en la misma dirección y no siempre con suficiente fuerza.


El molino de viento surgió en el siglo VII, en la zona del actual Irán. Aquel invento, enseguida se extendió por toda Europa, sobre todo en zonas donde soplan vientos fuertes y constantes, como los vientos atlánticos de Holanda, y las mejoras se empezaron a acumular.


Poco a poco se pasó de ejes verticales a ejes horizontales, se aplicaron sistemas para hacer girar las palas y enfocarlas hacia el viento, y los mecanismos de transmisión se mejoraron, por lo que la energía se aprovecha mejor. Esto hizo posible que los molinos cada vez fueran más grandes y eficientes. Y el camino de mejoras siguió, hasta terminar en los modernos aerogeneradores inmensos. Con pocas palas pero muy eficientes, que van llenando los horizontes de las zonas ventosas de todo el planeta.


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