El proyecto del Gobierno de la Argentina establece la eliminación del tributo de aduana del 50% del valor del artículo, que es considerado uno de los sistemas de aranceles más corruptos y sucios del país.
En un cambio en favor de los argentinos, el mega-proyecto de ley enviado el miércoles a la Cámara de Diputados por el Presidente Javier Milei elimina las restricciones que existen hace más de dos décadas para traer productos importados para uso personal cuando se ingresa a la Argentina.
De aprobarse la ley en el Congreso, no se pagará ningún impuesto por ingresar artículos al regresar de un viaje, sin importar su precio. Se deberá determinar que sean para uso personal y su importación no tenga fines comerciales, pero eso quedará determinado con la cantidad y el criterio de la aduana.
En otras palabras, se deberá estar intentando entrar una cantidad exorbitante de un mismo producto para que la aduana inicie una investigación de la importación, pero la mercadería no pagará impuesto alguno ni habrá límites de importación.
La propuesta que analizará el Congreso, de esta forma, propone eliminar el sistema actual en el que existe una franquicia de USD 500 dólares para ingresar productos. Actualmente, cualquier ingreso por encima de ese monto, deberá pagar “un tributo único y unificado del cincuenta por ciento (50%) de su valor en aduana”, según reza la norma que Milei busca derogar.
Si entra en vigencia el proyecto, no se pagará impuesto alguno, ni se deberá declarar a la salida los teléfonos, computadoras o demás dispositivos de valor, ya que al regreso, no existirá ningún tope de valor.
“Las mercaderías amparadas por el régimen de equipaje, que se importen para consumo sin fines comerciales, fuera de las franquicias que otorga el Decreto N.º 2130/91 o con arreglo a lo dispuesto en su artículo 10, no estarán gravadas por ningún tributo”, dice uno de los artículos de la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos.
Al día de hoy, si un viajero se compra una computadora, un teléfono celular, un reloj o incluso ropa y calzado que exceda en su totalidad el límite de 500 dólares, deberá pagar un impuesto por el excedente.
Este sistema de tributación suele ser extremadamente corrupto, ya que el personal de la aduana decide arbitrariamente el valor de la mercadería, lo que lleva a aranceles exorbitantes, y que muchas veces se resuelva “por atrás”, pagando una coima menor a lo que sería el impuesto.
El ciudadano de bien debe pagar un impuesto insólito, mientras que ese dinero no entra a las arcas del Estado, sino que engruesa los bolsillos de un empleado público, que además instala un sistema de corrupción.
“Si un viajero trae una PlayStation 5, tiene una franquicia de 500 dólares por vía aérea o marítima. Entonces, si ese producto excede esa franquicia, y cuesta por ejemplo 600 dólares, deberá pagar el 50% de impuesto por la diferencia entre el monto y los 500 dólares. En el ejemplo, deberá pagar unos 100 dólares”, asegura el tributarista Sebastián Domínguez en diálogo con Infobae.
“Si se ingresa una PlayStation de 600 dólares más un Apple Watch de 400 dólares, por ejemplo, suma de 1.000 dólares, menos los 500 dólares de franquicia, se excede en 500, por lo que deberá pagar 250 dólares”, continúa explicando.
“De aprobarse el proyecto de ley que se acaba de enviar al Congreso, no va a existir esa franquicia de 500 dólares. Directamente, el viajero podrá traer todo lo que quiera para uso personal sin límite de franquicia. No va a tener que pagar ese 50% por sobre el excedente de 500 dólares cuando viaje vía aérea o marítima”, concluyó.
Actualmente, el viajero debe completar un formulario en el que declara bajo juramento los artículos ingresados, que luego debe presentar ante los funcionarios de la Aduana. La ley también busca eliminar la necesidad de completar dicho formulario.
Serán los propios trabajadores de la aduana los que deberán decidir si un viajero presume fines comerciales, basándose en su apreciación de la mercadería. Por ejemplo, si una persona intenta ingresar con diez PlayStation 5, los trabajadores podrían pedirle a la Dirección General de Aduanas que investigue y se expida sobre la situación.
De esta manera, se buscará derogar un decreto de 1991 que establece que el viajero debe llenar un “formulario de declaración” y en él debe consignar con mucha precisión toda la mercadería que trae, “indicando especie, naturaleza, calidad, cantidad y valor, y, en su caso, todos los datos que contribuyan a su precisa individualización y que permitan neutralizar la fungibilidad de los efectos con el fin de lograr una rápida verificación y de facilitar los ulteriores controles en plaza para acreditar su legítima introducción al país”.
Con información de: derechadiario.com.ar