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Nuevos requisitos de inclusión en los Oscars: Muere la libre expresión en la pantalla grande

Updated: Oct 8, 2022

La nueva normativa, que entrará en vigor a partir de 2024, obligará a las películas candidatas a cumplir requisitos de diversidad, inclusión y otros aspectos en busca de una mayor representación de estos sectores, en contrapartida con la búsqueda de guiones que expresen el libre pensamiento de los escritores de cine.

Por Pablo Cristaldo

La presión que existe sobre todos los sectores de "incluir" a grupos específicos, muy por sobre las pretensiones de los actores de determinadas industrias, es avasallante. La Academia de Hollywood ha anunciado sus nuevos requisitos de elegibilidad para las películas que competirán en sus conocidos premios Oscar desde ese entonces. La academia lleva años buscando la manera de ser fiel a una agenda política-ideológica, cuyos objetivos son claramente responder a los lineamientos del activismo LGBTI+.

Pero más allá de los puntos de vista respecto al tema de la diversidad sexual, estos requisitos atentan contra la libre expresión ideológica de los directores de cine, que deben "amoldarse" a estos requerimientos para que sus películas puedan calificar como "mejor película" desde ese año. La nueva normativa se ha comunicado a través de la web oficial, confirmando que la iniciativa de la organización no es otra que cumplir con una serie de "nuevos estándares" de representación e inclusión para la elección de la categoría de mejor película a partir de 2024. "Los estándares están diseñados para fomentar una representación equitativa dentro y fuera de la pantalla con el fin de reflejar mejor la diversidad de la audiencia que va al cine", destacaban en el escrito. No es una medida nueva, pues los BAFTA llevan años usando una serie de requisitos similares. Sin embargo, la Academia sí ha querido ser aún más clara en este sentido, especificando los estándares a cumplir. En este nuevo escenario propuesto por la organización, la película deberá contar con al menos dos de los cuatro criterios establecidos por la nueva normativa.

Según la Academia, estas reglas van encaminadas a "ayudar a la representación de protagonistas, secundarios o incluso en facetas como la narrativa de la propia película". Por ejemplo, entre los protagonistas o secundarios principales tendrá que haber al menos uno que pertenezca a un grupo racial o étnico poco representado, y en el reparto en términos generales, al menos un 30% de los puestos tendrán que pertenecer a mujeres, miembros de otras razas o personas del colectivo LGBTQ+, así como se abre la puerta a incluir una mayor cantidad de actores y actrices con discapacidades cognitivas o físicas, o que sean ciegas, sordomudas o con problemas de audición. Esta normativa no es inamovible, ya que el director o el guionista, así como los productores, pueden buscar que la narrativa vaya sobre un tema en concreto de los citados, convalidándose así las reclamaciones sobre el reparto.

Detrás de las cámaras también habrá cambios. El personal que trabaje en la película en cuestión, de cara a ser seleccionada, deberá darle importancia a la contratación de mujeres, personal de la comunidad LGBTQ+ y a las anteriormente citadas personas con discapacidad. El total del equipo de la producción también deberá contar con un mínimo del citado 30% de diversidad, siempre mirando a que los miembros creativos en cargos importantes.

Para finalizar, la Academia ha confirmado que las últimas medidas, más relacionadas con el acceso a la industria cinematográfica de los grupos desfavorecidos, buscarán apoyar a las personas de los colectivos y gremios más desfavorecidos en este ámbito, intentando desarrollar publicidad, marketing o distribución cinematográfica.

Obviamente, en un mundo con opiniones diversas, estas normativas no vinieron solas, también hubo oposición por parte del gremio. La actriz Kristie Alley dio una analogía totalmente válida y critica el empuje para la inclusión. "¿Te imaginas decirle a Picasso lo que tenía que haber en sus m............ cuadros? Controlar a los artistas, controlar el pensamiento individual.". Luego de estas declaraciones, y de fuertes presiones de colectivos y opiniones en las redes sociales, como en cualquier declaración contraria al "status quo" de la industria, fue obligada a retractarse, violentando así la libertad de pensamiento que tanto pregonan y defienden dichos colectivos.

Personalmente no tengo nada en contra de las personas en situación de discapacidad, creo firmemente que merecen tener oportunidades como cualquiera, pero usarlas como carne de cañón, igualando su condición con la del colectivo LGBTQ+, quienes no sufren ninguna discapacidad, al igual que las personas de razas diversas, o mujeres, no constituye un pensamiento objetivo. Las personas con inclinaciones sexuales distintas al común hetero no sufren discapacidad alguna, tampoco las personas de color, las mujeres tampoco, y establecer disposiciones como estas no contribuye a la sana competencia, sin contar con el hecho de que coartan la creatividad y expresión artística de los directores de cine que deseen competir en las premiaciones de los Oscars.

Es triste que hayan personas que defiendan estos comunicados. Personas que no confían en sus capacidades, en su creatividad, en su desempeño, y que aplauden estas disposiciones, con el pretexto de la inclusión, creyendo que ante su imposición arbitraria lograrán hacerse de un espacio. Es momento de defender objetivos que necesitan de nuestra defensa, el sentido común nos enseña muy bien cuáles son. Y por sobre todo, no permitir que nadie imponga a la fuerza ninguna ideología.

La Academia perdió el rumbo, mata la creatividad y la libre expresión. No seamos parte de esto.


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