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"Ortodoxia" de Cherleston: Una preocupante anticipación de nuestro presente

¿Cuán lejos puede llegar la capacidad de un pensador para adelantarse a los movimientos de la humanidad, al fluir de las ideas y en qué lugar irán a desembocar?

Por Aldo Lambaré


Pues, en una suma de tan solo unas cuantas palabras, en un par de párrafos, el genial G. K. Chesterton lo hizo. Como toda gran mente, Chesterton perteneció activamente a su época, haciendo grandes contribuciones al pensamiento, la literatura y la cultura en general. Pero también como rasgo característico de los grandes pensadores no solo concibió ideas que resisten el paso del tiempo y siguen vigentes a ya un siglo después. Chesterton también logró esa cualidad, esa virtud que solo algunos pocos han logrado, darse cuenta de la derivación de ciertas ideas y definir con una maravillosa y asombrosa precisión lo que pasaría y a donde llevarían pensamientos que comenzaban a emerger en la sociedad de su tiempo, haciendo posible prever comportamientos sociales con décadas y décadas de anticipación.


Esto pasa en varios de sus libros de ensayos, y también en ciertas sentencias que acuñó en sus famosos cuentos, pero en una parte especifica de su libro Ortodoxia, publicado en 1908, Chesterton parece estar describiendo a la cultura de la cancelación actual, a la censuradora corrección política, a la cultura de los ofendidos, a los indignados que se indignan —valga la redundancia— por cualquier cosa por más insignificante que sea, a los que sin haber leído obras las tachan de racistas, machistas, clasistas y un sinfín de cosas más, intentando prohibirlas antes que, en todo caso, enfrentarlas y rebatirlas. Es así porque, como Chesterton dirá, este ser carece del carácter y uso de razón necesarios como para enfrentarse sin ofenderse a las cosas, y siguiendo como norma de vida algo que no tiene fundamento sostenible alguno, se encuentra de forma constante en una eterna contradicción y problematización consigo mismo y con lo que dice creer.


Hemos visto, por ejemplo, a los actores que encarnan a los Avengers, unirse para apoyar a Joe Biden y su campaña política en su momento, e intentar, por qué no, influenciar a los jóvenes a votar por él. Pero cuando uno de los suyos, del elenco, Chris Pratt se negó a participar, ya que él apoyó a Donald Trump, muchos usuarios salieron a “la caza” de este actor. Pero como el actor no se había negado de una manera polémica y en realidad es un tipo de los que se dice que “se hace querer”, muchos salieron a defenderlo, incluidos los actores más críticos de Trump, estos últimos terminaron recibiendo una tonelada de críticas por defender a un hombre que apoya a Trump, aun cuando ellos debían ser considerados sus “aliados”, pero como se verá a continuación, para esta gente, para esta ideología mal concebida y sin cimientos, no hay nadie que pueda mantenerse siempre en su pedestal ya que es imposible por la lucha interna que su sinsentido le brinda, todos terminan cayendo y siendo víctimas de lo que ellos han ayudado a crear.


A continuación, el brillante, y lastimosamente cada vez más vigente párrafo de Chesterton en Ortodoxia, y uno terminará con un silencio de admiración al leer palabras tan anticipatorias, y también con una cierta tristeza al ver que nuestro presente reúne esos rasgos que no desearíamos que reuniera:


“El rebelde moderno es un escéptico y no confía por completo en nada (...) y el hecho de que dude acerca de todo se interpone cuando pretende denunciar cualquier cosa. Pues toda denunciación implica una doctrina moral de algún tipo; y el rebelde moderno duda no solo de la institución a la cual denuncia, sino la doctrina por la cual la denuncia (...) Como político, gritará a los cuatro vientos que la guerra es un desperdicio de vida y, como filósofo, proclamará que la vida es un desperdicio de tiempo. Denunciará cuando un policía asesine a un campesino y luego probará por medio de los estándares filosóficos más altos que el campesino se debió haber matado a él mismo (...) El hombre de esta escuela primero asiste a una reunión política donde se queja de que los nativos son tratados como si fueran bestias, luego toma su sombrero y paraguas y procede a asistir a una reunión científica, donde prueba que son prácticamente bestias (...) El rebelde moderno, siendo un escéptico infinito, siempre está socavando sus propias presuposiciones. En su libro sobre política ataca a los hombres por pisotear la moral; en su libro sobre ética ataca a la moralidad por pisotear a los hombres. Por lo tanto, el hombre moderno en revuelta se ha convertido prácticamente inútil en toda revuelta. Al rebelarse contra todo ha perdido el derecho de rebelarse contra cualquier cosa”.


Biografía del autor:


Aldo Lambaré (19/11/1987) es un escritor paraguayo, autor del libro "El día del Jopará y otros cuentos" y cuentos cortos como "Sanar Inc." entre otros.

Casado con Nadia Valiente.

Puede adquirir su libro tocando el anuncio.








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