Las recientes protestas en Cuba se desencadenaron tras intensos apagones y una creciente escasez de alimentos, preludiando un panorama aún más sombrío con la llegada del verano. El gobierno cubano socialista ha señalado a los exiliados radicados en Estados Unidos como los responsables de fomentar la discordia.
Los disturbios, desatados por los prolongados cortes de energía y la falta de alimentos y medicamentos, representaron las mayores manifestaciones desde octubre de 2022, cuando un apagón tras el huracán Ian duró casi una semana. Expertos advierten que esta situación constituye el peor colapso de las condiciones de vida desde la disolución de la Unión Soviética en la década de 1990.
Tras registrar temperaturas cálidas sin precedentes este mes, se teme que nuevos cortes de energía durante el verano puedan exacerbar la situación al afectar la refrigeración y provocar la descomposición de los alimentos, lo que podría desencadenar nuevas protestas.
Durante los últimos disturbios, la policía cubana arrestó a quince personas, según Prisoners Defenders International, un grupo de derechos humanos con sede en España.
En este contexto de agitación y represión, los indicadores económicos de Cuba auguran más dificultades por venir. Funcionarios gubernamentales reportan una inflación anual del 30 % en 2023, con un déficit fiscal proyectado del 18 % del PIB en 2024.
El turismo, que solía representar el 11 % del PIB en 2019, aún no se ha recuperado por completo de los efectos de la pandemia de COVID-19. En 2023, solo 2 millones de personas visitaron la isla, en comparación con los 3,6 millones de 2019.
El embargo comercial estadounidense, que prohíbe a empresas y ciudadanos estadounidenses comerciar con intereses cubanos, ha tenido un impacto duradero en la economía cubana.
Con pocas perspectivas de elecciones democráticas que puedan cambiar el rumbo del país, los analistas señalan que Cuba enfrenta también una fuga de talentos, con muchos jóvenes emigrando.
El think tank Oficina de Washington para América Latina (WOLA) informa que entre 2022 y 2023, alrededor de 425.000 cubanos emigraron a Estados Unidos y 36.000 solicitaron asilo en México. Otros buscaron refugio en Europa occidental y Rusia.
La cantidad de personas que abandonan el país equivale aproximadamente al 4 % de la población de Cuba.
Con informaciones de: www.vozdeamerica.com / derechadiario.com.ar