«La palabra en alemán para 'deuda' es la misma que para 'culpa'. Si uno se endeuda, ha hecho algo malo, y eso describe muy bien la actitud de los alemanes», explica Marcel Fratzscher.
Alemania es la cuarta economía más grande del mundo, el corazón de la eurozona y el guardián de la disciplina financiera. La palabra deuda causa pavor entre la población germana. Según Marcel Fratzscher, director del Instituto de Investigación Económica de Alemania, la causa está en el idioma mismo.
«La palabra en alemán para 'deuda' -'schuld'- es la misma que para 'culpa'. Si uno se endeuda, ha hecho algo malo, y eso describe muy bien la actitud de los alemanes», informa BBC Mundo.
El estilo alemán es «ahorre ahora, tenga después» más que «tenga ahora, pague después». Fórmula, esta última, empleada en otros países, entre ellos España.
El hábito de ahorrar dinero es clave para entender otra característica de los alemanes: el miedo a la inflación.
Esto puede ser una consecuencia de la hiperinflación de los años 20, cuando el tipo de cambio se descontroló: un dólar pasó de valer cuatro marcos a cuatro billones. Puede que queden algunos ecos de ese período.
Pero la razón real es el amor de los alemanes por el ahorro, y la inflación es enemiga de los ahorradores.
Por ello, para una nación llena de ellos, la idea de bajar las tasas de interés e imprimir dinero presenta una amenaza doble: reduce la tasa de interés que recibes por tus ahorros y cualquier inflación futura implica que esos mismos ahorros permiten comprar menos.
El éxito en el terreno de la educación, la ingeniería y la exportación es también fuente de orgullo considerable en Alemania. Los economistas le acreditan al milagro económico de la posguerra -o «Wirtschaftswunder»- el haber establecido unos principios cruciales e imbricados.
La decisión de no subcontratar la fuerza de trabajo en las empresas, práctica muy extendida en otras economías, demuestra su firme rechazo a la seducción de la ganancia financiera a corto plazo. En las empresas alemanas se apuesta por una mano de obra cualificada, que pase toda su vida laboral en la misma firma, lo que permite que tanto las habilidades como la lealtad se desarrollen.
La capacidad de sacrificio es otro de los rasgos que caracteriza a los alemanes, eso les lleva a preguntarse por qué otros no lo hacen, en especial ahora con el tema griego.
«Tuvimos que soportar el costo de la reunificación, que ejerció mucha presión sobre nuestra economía, y lo hicimos solos», declara ante a la BBC Stefan Schneider, economista en jefe del Deutsche Bank. Yo creo que eso podría explicar por qué la paciencia de los alemanes es limitada cuando dicen que otros países están arrastrando sus pies con la reforma». También hay quienes dirían que los alemanes tienen una memoria muy corta cuando se trata de perdonar deudas. El «milagro» alemán de la posguerra quizás nunca habría sucedido de no ser porque a Alemania le perdonaron la mitad de su deuda en 1953.
Uno de los que no lo olvidan es Yanis Varufakis, el ministro de Finanzas de Grecia, quien recientemente dijo: «Nadie entiende la posición griega tan bien como los alemanes»
Fuente: abc.es
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