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¿Por qué cuesta tanto abrir un tarro?

Existe una lista de trucos que van desde unos golpecitos de canto, ponerlo bajo el grifo o aplicar calor. Los tarros de conservas se suelen resistir a ser abiertos. Y eso constituye una garantía para su consumo, puesto que en su interior se ha formado el vacío.

Imagen ilustrativa / businessinsider.es

¿Qué es lo que tanto aprieta la tapa contra el cristal? El catedrático de Física Aplicada Antonio Ruiz de Elvira explica que se trata tan solo del aire.

En 1654, Otto von Guericke mostró, delante del emperador Fernando III de Austria, que dos equipos de 15 caballos cada uno no podían separar dos semiesferas unidas entre sí sin tornillos, como lo están unidas la tapa y el cristal de un bote por la fuerza del 'vacío'.

El vacío no es más que la ausencia de cualquier clase de sustancia, molécula y átomo o bien, el intento de que esto suceda mediante la succión de cualquier gas en un medio cerrado, como lo es un frasco con tapa.

El aire empuja cada centímetro cuadrado de todo lo que nos rodea. La presión hace una fuerza como el peso de 10 toneladas sobre cada metro cuadrado de superficie. Si está vacío, no hay fuerza que contrarreste a la de la atmósfera.

En principio, el “minivacío” libre de oxígeno se aplica con el fin de que la sustancia dentro del frasco (generalmente comestible, como la mermelada) no se estropee rápidamente, evitando la oxidación del alimento y también, si es sellado herméticamente, se evita que las bacterias y los hongos proliferen en su interior.

Cuando se hace imposible abrir el frasco, solemos recurrir a viejos trucos que han pasado de generación en generación, por ejemplo podemos sumergir el frasco en un baño maría o golpear la tapa con un utensilio de cocina, o contra la esquina de la mesa. Generalmente después de aplicar estos trucos, el frasco se abre fácilmente. Luego de usar el frasco, este se cierra a cierta temperatura ambiente, pero al guardarlo en el frigorífico se enfría y vuelve a ser difícil de abrir. El aire atrapado entre el contenido del frasco y la tapa que se ha enfriado y se ha encogido por el cambio de densidad crean una diferencia de presiones entre el interior y el exterior la cual ocasiona una especie de succión, sumado a que la tapa se encoge con la temperatura.

Al golpearlo, se calienta y presuriza levemente, permitiendo que haya menos presión diferencial entre el exterior y el interior y se pueda abrir de manera sencilla. La presión del frasco es mucho menor que la del ambiente, entonces es como si toda la carga y presión del aire de afuera, esté presionando el frasco. También lo que puede pasar es que se deforme la tapa y entre aire externo al frasco, igualando presiones, lo mismo que ocurre al meter un cuchillo por debajo de la tapa. Ahora todos estos problemas pueden estar llegando a su fin gracias a un nuevo sistema de cierre. El cierre Orbit de Eviosys es un revolucionario cierre de metal diseñado para ser fácil de abrir y mejorar el uso de los consumidores de todas las edades.

Desarrollado en dos partes –un panel central que se sella al vacío al frasco y un anillo exterior que proporciona protección extra al producto y actúa como el dispositivo de apertura y cierre– este revolucionario diseño reduce significativamente la apertura y mejora la comodidad para los consumidores de todas las edades. Fácil de implementar, los propietarios de marcas pueden introducir el cierre Orbit sin hacer cambios significativos en los equipos existentes y sin cambiar el acabado del vidrio. Desde su lanzamiento inicial en 2011, Orbit ha sido adoptado por marcas muy conocidas en toda Europa para una amplia gama de mercados y aplicaciones. Que la tapa Orbit es un gran invento no se discute pero, ¿quiénes fueron sus creadores? El registro de la patente es del 31 de octubre de 2017, pertenecía a la empresa Crown Packaging Technology Inc., y actualmente a Eviosys.

En el mismo documento, se pueden encontrar los nombres de los inventores: Paul Robert Dunwoody y Christopher Paul Ramsey; el primero acumula 297 patentes y el segundo nada más y nada menos que 1578. La verdad es que el calificativo de «inventores» lo tienen más que merecido. El título de la patente: “Método para producir un cierre metálico con disco y anillo separados a partir de una sola pieza inicial de cierre”, da una clara idea de que lo que aquí se está registrando es un método, un método para producir de forma mejorada un tipo de cierre que en realidad ya existía: el cierre combinado.

Este cierre comprendía, en su origen, una pared lateral de plástico y un disco de metal. Actualmente, no se combina metal y plástico, sino que ambas piezas son de metal. Lo que se consigue así es componer todo el cierre a partir de una sola pieza metálica generando un importante beneficio: que el reciclaje se vuelva más sencillo. Se convierte así, en un producto mucho más sostenible.


Con información de: muyinteresante.es

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