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¿Por qué el continente al que llegó Colón se llama América?

Una serie de errores llevaron a que los mapas acabaran nombrando al nuevo continente en honor a Américo Vespucio en vez de al auténtico ''descubridor'', Cristóbal Colón. Se supone que Colón fue el primer europeo en llegar al nuevo continente, entonces ¿qué pasó para que acabara llamándose América?

Ilustración de Cristóbal Colón en su llegada a América, el 12 de octubre de 1492. Archivo / lavanguardia.com

Pocos personajes del siglo XVI están tan rodeados de misterios como Américo Vespucio y, sin embargo, su influencia (consciente o no) ha pasado a la historia nada más y nada menos que nombrando a todo un continente, el único del mundo que lleva el nombre de una persona real. El relato de cómo América acabó con este nombre en nuestros mapas es uno de los embrollos más absurdos y fascinantes de la historia.


Amerigo Vespucci, de comerciante a explorador Vemos oportuna una breve aclaración, esto que ahora llaman disclaimer. Somos conscientes del debate acerca del término “descubrimiento” para referirse a la llegada de los europeos a América. Si hacemos uso del término en esta y otras piezas es por facilitar la comprensión debido a lo extendido que está el concepto, pero entendemos que puede interpretarse como una visión eurocentrista, cuyo carácter también comparte el propio hecho de nombrar (o renombrar) todo el continente, sus lugares e incluso culturas según vieron oportunos los europeos del momento. Sin embargo, estas denominaciones son las que manejamos hoy día para definir cuanto tiene que ver con América. Amerigo, como fue llamado al nacer, tiene su origen en Florencia, en el seno de una familia noble pero de un rango modesto: los Vespucci. Tuvo una formación humanista y, gracias a una buena red familiar, acabó trabajando para los Medici. En concreto, viajó a Sevilla como ayudante de Gianotto Berardi, un agente comercial de los Medici, quienes invertían en expediciones marítimas. Por entonces se estaba armando un viaje que cambiaría la historia. Amerigo llegó a Sevilla poco antes de que Colón zarpara hacia el Occidente en busca de las especias, pero en su camino se topó con un continente entero.

Amerigo era un gran entusiasta de la cartografía y la cosmografía, lo que, unido a su condición de agente comercial, no tardaron en hacer de él un explorador:

“Decidí abandonar el comercio y poner mi propósito en cosas más laudables y firmes […] ver parte del mundo y sus maravillas”.

Así que Amerigo se embarcó como tantos otros exploradores del momento. Y a partir de aquí empiezan los problemas para los historiadores.


Un rompecabezas histórico Amerigo, estuvo presente en cuatro viajes, dos en barcos castellanos y dos con los portugueses. Sin embargo, los investigadores dudan de esta afirmación y solo reconocen la veracidad de dos viajes: uno con España en 1499 y otro con Portugal en 1501. Solo dos viajes le bastaron para descubrir la desembocadura del Amazonas, llegó hasta el Río de la Plata y la Patagonia, dio nombre a Venezuela, puesto que algunas estructuras sobre el agua la recordaron a una “pequeña Venecia”, es decir, “Venezziola” que, tras pasar por el filtro del castellano, quedó como Venezuela. Y, por supuesto, todo un continente acabó con su nombre.

Fue protagonista de muchos escritos que cargaban contra él. Bartolomé de las Casas, fiel defensor de Colón, lo llamó ladrón y mentiroso:

“Maravíllome yo, de don Hernando Colón, hijo del mismo almirante, que siendo persona de muy buen ingenio y prudencia y teniendo en su poder las mismas navegaciones de Américo, como lo sé yo, no advirtió este hurto y usurpación que Américo Vespucio hizo a su padre”.

Sin embargo, Amerigo no tuvo culpa de que un continente acabara llevando su nombre. Tuvo que servir bien durante sus viajes, pues la Corona española le otorgó una carta de “naturalización”, es decir, lo nacionalizaron español, pero en la época. Fue entonces, en 1505, cuando el navegante florentino pasó a ser más conocido como Américo Vespucio.


Unas cartas, un negocio y un mapa Tras cada viaje, Américo le escribió cartas a su jefe Medici contándole todos los detalles del mismo, con especial atención a las posibilidades comerciales que se podían conseguir en aquellas tierras. Hasta el año 1500, Vespucio y el resto de exploradores pensaban como Colón: que habían llegado a algún lugar del continente asiático, de ahí lo de las Indias Occidentales. Pero todo cambió en su último viaje. Supuestamente, fue Américo Vespucio el primero en decir que las Indias de Colón era un continente nuevo. Mundus Novus fue lo que escribió Américo en una carta conocida por estas palabras precisamente. Según los expertos, Américo Vespucio jamás afirmó en sus cartas que las Indias eran un contine distinto a Asia. En cambio, los escritos del florentino fueron publicados en Europa y pronto adquirieron la categoría de best seller, todo gracias a los añadidos que hicieron los editores del momento con la idea de vender aventuras tan fascinantes como inventadas. Como no conservamos las cartas originales de Américo, no podemos distinguir bien lo que hay de cierto y lo que hay de mentira en las publicaciones de “Mundus Novus” y “Carta a Soderini”, una especie de antología sobre sus viajes.

Estas exitosas ediciones llegaron a manos de cartógrafos antes incluso de conocer quién era Colón ni qué había hecho. Por tanto, entendieron que Américo Vespucio era el “descubridor”, al menos en lo teórico, del nuevo continente. En 1507, el geógrafo Martin Waldseemüller publicó el “Universalis Cosmographia”, un mapa en el que aparecía por primera vez los nuevos territorios como un continente separado de Asia. Sobre el incompleto contorno de este nuevo mundo inscribió el nombre que quedaría para la posteridad: América.

El mapa y el nombre, se expandieron por la cultura Occidental rápidamente en el siglo XVI. Colón murió en 1506 y Américo Vespucio en 1512. El primero terminó sus días sintiéndose un fracasado por no haber llegado a las islas de las especias, el auténtico objetivo de sus viajes. El segundo se supone que murió sin saber que todo un continente llevaría su nombre para la posteridad.

Con información de: muyhistoria.es



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