La cocina asiática puede ser una excelente alternativa cuando parece que las ideas se agotan. Con sus sabores únicos y sorprendentes, ofrece opciones que revitalizan el menú y conquistan el paladar. Entre estas, el pollo a la naranja destaca como una receta deliciosa y fácil de preparar.
El pollo a la naranja es perfecto para los amantes de los sabores agridulces. Este platillo, popular en la cocina chino-estadounidense, combina lo mejor de ambas culturas gastronómicas. Aunque los cítricos son comunes en la cocina china tradicional, la versión moderna con un toque dulce y crujiente nació en Norteamérica, logrando una gran aceptación en el mundo.
Si quieres un pollo con una textura crujiente irresistible, el secreto está en usar fécula de maíz para un empanizado ligero y en freírlo en aceite bien caliente, lo que evita que absorba demasiada grasa. También hay opciones más saludables, como usar una freidora de aire o el horno, siempre añadiendo un toque de aceite para dorar uniformemente.
La clave del éxito del pollo a la naranja es el equilibrio entre lo dulce, ácido y salado. Esta fusión de sabores lo convierte en un platillo que sorprende y encanta, ideal para variar el menú sin complicaciones. Prepararlo en casa te permite disfrutarlo fresco y ajustado a tus preferencias.
Dale una oportunidad a la cocina asiática y redescubre el placer de cocinar. El pollo a la naranja es solo una de las muchas recetas que puedes explorar para añadir un toque de creatividad y sabor a tus comidas diarias. ¡Atrévete a innovar!
Ingredientes:
500 g de pechuga de pollo, cortada en cubos.
1 taza de fécula de maíz.
2 huevos batidos.
Sal y pimienta al gusto.
Aceite vegetal para freír.
1 taza de jugo de naranja natural.
2 cucharadas de azúcar.
1 cucharada de salsa de soya.
1 cucharada de vinagre de arroz o blanco.
1 diente de ajo picado.
1 cucharadita de jengibre rallado.
1 cucharada de fécula de maíz disuelta en 1/4 de taza de agua.
Ralladura de naranja (opcional).
Cebollín picado para decorar.
Preparación:
Sazona los cubos de pollo con sal y pimienta. Pásalos por el huevo batido y después por la fécula de maíz, asegurándote de cubrirlos por completo.
Calienta suficiente aceite en una sartén y fríe los cubos de pollo hasta que estén dorados y crujientes. Retíralos del aceite y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
En una cacerola, mezcla el jugo de naranja, el azúcar, la salsa de soya, el vinagre, el ajo y el jengibre. Cocina a fuego medio hasta que el azúcar se disuelva.
Añade la mezcla de fécula de maíz con agua y cocina, removiendo constantemente, hasta que la salsa espese ligeramente. Puedes incorporar ralladura de naranja para un toque más intenso.
Añade los trozos de pollo a la salsa y mezcla hasta que estén bien cubiertos.
Sirve el pollo a la naranja caliente, decorado con cebollín picado. Acompáñalo con arroz blanco o al vapor para un platillo completo.
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