La Cámara de Senadores aprobó un aumento de G. 6 millones para cada legislador, llevando sus ingresos a aproximadamente G. 38 millones. Este incremento se realizó redirigiendo fondos destinados a cupos de combustibles y seguros médicos VIP hacia gastos de representación.
La decisión del aumento salarial ha generado indignación ciudadana por los privilegios de los legisladores, especialmente al compararse con los ingresos del sector privado y la población en general. Por su parte, la Cámara de Diputados renunció al seguro médico VIP, pero mantuvo los cupos de combustibles, interrumpidos previamente durante la pandemia.
La senadora Esperanza Martínez denunció que las votaciones se realizaron sin información clara, expresando preocupación por la falta de atención a problemas sociales como salud, transporte público y tierras. Además, criticó el desequilibrio entre los privilegios de las autoridades y las carencias en servicios básicos, subrayando que mientras algunos funcionarios de Itaipú y Yacyretán perciben hasta G. 100 millones, hubo resistencia para aumentar modestamente los salarios de los médicos.
Por otro lado, el senador colorado Óscar Salomón votó en contra del aumento salarial, aunque apoyó los cupos de combustible para legisladores que residen a más de 100 kilómetros de la capital. A su vez, Eduardo Nakayama rechazó el aumento y pidió dejar constancia de su postura. Carlos Núñez Agüero, en tono irónico, sugirió que quienes se opusieran donen sus incrementos a otras instituciones.
La confusión en torno a lo aprobado quedó reflejada en las declaraciones de senadoras como Celeste Amarilla y Esperanza Martínez, quienes afirmaron desconocer los detalles de las votaciones. Yolanda Paredes agregó críticas hacia la Cámara de Diputados, destacando la falta de transparencia en su gestión y el exceso de funcionarios, a quienes acusó de no contribuir significativamente al trabajo legislativo.
En cuanto a los presupuestos aprobados, la Cámara de Senadores contará con G. 230.395.633.117, mientras que la de Diputados manejará G. 312.891.809.642. Estas cifras han intensificado el malestar ciudadano, que percibe un manejo ineficiente de los recursos públicos frente a las urgentes necesidades del país.
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Paraguay debe librarse del estatismo.