Ya sea de forma directa o indirecta, la producción de Alejandro Monteverde deja expuesta toda una maquinaria perversa de tráfico de niños para fines sexuales. Lo que no estábamos preparados a concebir es que, debido a la discusión generada en torno al filme, muchos otros círculos sociales totalmente impensados, se verían involucrados en la red.
Por Pablo Cristaldo
Con el lema "los niños de Dios no están a la venta" que embandera esta trama basada en hechos reales, que ya vio su culminación en el año 2018, previa incluso a la pandemia, y que por ésta y otras cuestiones "burocráticas" no ha podido salir a la luz hasta este entonces, Sonido de Libertad (Sound of Freedom) se está convirtiendo en lo más transgresor del año en lo que respecta a largometrajes, superando en taquilla incluso a gigantes como Indiana Jones.
Esta película narra la lucha contra la trata de personas, en especial la que respecta a la infantil, y nos sumerge en un mundo oscuro y perverso que debe ser expuesto y combatido. Sound of Freedom no solo entretiene, sino que también educa y despierta la conciencia del espectador sobre una realidad que a menudo se oculta a la vista de todos.
Sinopsis. La película sigue la historia de Tim Ballard, interpretado por Jim Caviezel (quien interpretó, además, a Jesucristo en la afamada película La Pasión de Cristo. La designación del actor fue a pedido del mismo Ballard). Tim Ballard es un exagente del gobierno de Estados Unidos que se embarca en una misión peligrosa para rescatar a niños que son víctimas de la trata de personas. Ballard funda una organización sin fines de lucro llamada Operation Underground Railroad (OUR) y trabaja en estrecha colaboración con otros activistas y exagentes de inteligencia para infiltrarse en las redes de tráfico humano y rescatar a los más vulnerables.
La principal fortaleza de Sound of Freedom radica en su capacidad para despertar la conciencia del espectador. La película no solo se centra en la historia de Tim Ballard, sino que también arroja luz sobre la industria del tráfico infantil y cómo opera a nivel global. Revela la red de complicidades, el sufrimiento de las víctimas y los desafíos a los que se enfrentan los rescatistas. A través de esta película, se busca generar una conversación pública sobre la trata de personas y promover un cambio significativo.
Entre paréntesis. En una entrevista concedida al escritor y conferencista Agustín Laje, por uno de los productores de la película, el actor y director Eduardo Verástegui; éste último expresó que incluso durante la filmación de la película en Colombia, Ballard tuvo a oportunidad de rescatar a más niños de la red de tráfico sexual, lo cual hace este problema mucho más real y grave de lo que podemos percibir. Lo que realmente sorprendió, además de la veracidad de la trama, es el acalorado debate que generó a nivel mundial, y cómo este debate necesariamente involucra a sectores de la sociedad que parecían ajenos a este mal, y que ahora debemos vincular. Para ser más claros, si existen traficantes, obviamente existen consumidores, pero si hablamos de consumidores es allí donde las susceptibilidades empiezan a herirse.
Los opositores. Para entender mejor esto, debemos remontarnos al 20 de marzo del 2019. Los primeros problemas que enfrentaron los productores de la película fueron de marcada oposición, con la sospechosa compra de la compañía que iba a distribuir Sound of Freedom por parte de Disney, empresa con una evidente agenda globalista y de sistemática propaganda LGBT, que no vio con buenos ojos el desarrollo del proyecto y que, obviamente, no dio lugar al estreno de la misma. Se entiende, en el sentido de que no es precisamente una película que Disney publicaría sin más ni más, aunque ya se entiende sin muchas explicaciones el porqué realmente tomaron tal decisión. Entre liberar la película y buscar otra distribuidora se tardaron más tiempo de lo pensado, debido a la burocracia que imponía este revelador proyecto.
Luego, en otro inconveniente naturalmente vinculante, Nexflix y Amazon dijeron "no" a la película dentro de sus plataformas, y esto se convierte inevitablemente en algo notorio, ya que en el 2020 Netflix publicó sin ningún tipo de filtro la película Cuties, donde en el nombre del arte, sexualizaban a niñas abiertamente, y donde, a pesar de las innumerables críticas recibidas por parte de sectores conservadores, esta infame cinta continúa en la plataforma de streaming para el deleite de pervertidos.
Por la Providencia de Dios, aparecieron los directivos de Angel Studios, y aceptaron el duro desafío de distribuir la película que, tal vez, recibió más oposición por la industria que cualquier otra cinta en la historia. Por algo será.
Una vez estrenada la cinta el 4 de abril, pero sólo dentro de los EEUU, la Revista Rolling Stone, a través de Miles Klee, tres días después hizo una encubridora reseña y escribió: "Sound of Freedom es una experiencia que revuelve el estómago, que fetichiza la tortura de sus víctimas infantiles y se detiene en los exuberantes preludios de su abuso sexual. A veces tenía la incómoda sensación de que yo mismo podría ser arrestado solo por sentarme a verlo... Saber que miles de adultos absorberán... este sueño de fiebre vigilante, y saldrán pensando que están mejor informados sobre una crisis civilizatoria oculta... bueno, es profundamente deprimente. aun así, querrán correr la voz". Esta revista incluso catalogó a la película como producto de teorías de conspiración. RogerEbert.com también fue negativo: "Sound of Freedom es un aburrimiento solemne y prolongado con una postura narrativa no particularmente audaz: preocuparse por la seguridad de los niños es aproximadamente la causa más fácil para cualquier ser humano remotamente decente... Pero mientras está tan comprometida con tal solemnidad y sufrimiento, la narración truncada de los coguionistas Monteverde y Rod Barr se niega a desarrollar sus ideas o personajes o agregar más intensidad a la búsqueda lenta-lenta-lenta de Ballard de dos niños en particular (Miguel de Lucas Ávila y Rocío de Cristal Aparicio) cuyos rostros lo atormentan"
Aún al día de hoy, siguen habiendo medios y personas que están en contra de la película, y desafortunadamente no encuentro otra razón lógica que no sea encubridora, ya que el innegable flagelo está a la vista, y es imposible sustraerse de ella. Están vinculados. Sound of Freedom sacudió los panales de millones de personas que están vinculadas, de alguna forma con este degenerado negocio, que genera más que la venta de armas, y que incluso, está a puertas de superar al narcotráfico.
En estos días, el presidente de los EEUU, Joe Biden, a quien ya denuncié desde este medio como un pedófilo empedernido, eliminó al tráfico sexual de menores como una de las prioridades del Departamento de Justicia de su gobierno. Desde la página web oficial de este departamento, se ha eliminado silenciosa e inmediatamente toda la información referida a “Tráfico sexual internacional de menores“, “Tráfico sexual doméstico de menores” y “Niños víctimas de la prostitución“.
“Por alguna razón, la gente de izquierda se siente realmente incómoda y se pone a la defensiva al hablar sobre la explotación sexual infantil”, dijo Roger Severino, vicepresidente de política interna de la Heritage Foundation, quien calificó la medida como típica de las administraciones demócratas.
“Las administraciones republicanas destinan más recursos al tráfico sexual de niños y humanos, y luego las administraciones demócratas retiran eso”, continuó Severino, quien fue funcionario de la administración de Trump en el panel de asesores contra el tráfico humano. “El hecho de que estos temas sean retirados bajo las administraciones demócratas es despreciable”.
La pedofilia en Paraguay. Como es de suponer, la pedofilia no es un delito que en el Paraguay no se cometa. Puede que no tengamos una red consolidada de trata de personas (puede que si, quien sabe), pero sí conocemos de numerosos casos de abuso infantil en el hogar. Paraguay tiene tasas de abuso sexual infantil altísimas, con penas carcelarias ridículas para los agresores, lo cual nos lleva a hacernos la siguiente pregunta: ¿De donde surge este deleznable comportamiento? La pornografía es una puerta al infierno, un comedero de potenciales violadores, y mientras minimicemos este factor y no lo consideremos como incidente, lejos de revertir nuestros infames números, tendremos que seguir "presumiéndolos" con absoluto descaro y cinismo. Del lado de nuestros hijos, igual de grave es el dejar a merced de ellos el uso de aparatos con conexión a Internet. El contenido en la red es tan diverso como peligroso, y si no adquirimos un régimen estricto de control de lo que ven, tanto en las redes sociales como en páginas web, se terminarán normalizando y materializando nuestras más temibles pesadillas.
Proteger a los niños es responsabilidad de todos. Como sabemos, ocurre en todas partes y en todo momento. En la actualidad, la trata de niños para abuso en general supera con creces a la esclavitud en los tiempos donde era legal, y mueve billones de dólares por año. Banqueros, empresarios, políticos, famosos y personas de influencia son asiduos consumidores de lo que ellos llaman "carne y sangre fresca", y si creemos que en Paraguay no ocurren estas cosas, preguntémonos que pasó con Juliette Le Droumaguet, la niña conocida como Yuyú, quien lleva desaparecida más de tres años y nadie tiene información alguna sobre ella. Deseo que no haya sido objeto de tráfico sexual, aunque a estas alturas ya no tenemos certeza de nada.
En conclusión, Sound of Freedom es una película que hay que ver y no se puede ignorar. Mediante una narrativa poderosa y actuaciones destacadas, logra capturar la atención del espectador y crear conciencia sobre la trata de niños. Es una llamada a la acción para todos nosotros, recordándonos que tenemos la capacidad de ser parte del cambio y luchar por la libertad y la justicia. Al abordar este tema difícil pero importante, Sound of Freedom se convierte en una película que puede generar un impacto real en la sociedad y ayudar a poner fin a esta forma moderna de esclavitud. Lo que respecta a su estreno en Latinoamérica (y creemos que en Paraguay también), será el 31 de Agosto. Ve a verla, contribuye monetariamente a este proyecto, para que los traficantes, pedófilos y cómplices sepan, que los niños de Dios no están a la venta.
Y que les espera el castigo final si no se arrepienten.