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Suiza implementa hologramas religiosos con IA

En la capilla de San Pedro en Lucerna, Suiza, se llevó a cabo un proyecto llamado Deus in Machina, que integró tecnología y espiritualidad mediante un holograma de Jesús creado con inteligencia artificial (IA). Este sistema fue instalado en el confesionario, permitiendo a los visitantes interactuar con un Jesús virtual, quien respondía preguntas y reflexiones personales de manera personalizada.


El holograma de Jesús, según los programadores, puesto en el confesionario de la capilla de San Pedro en Lucerna, Suiza. Captura de pantalla.

La iniciativa fue desarrollada por el Laboratorio de Investigación de Realidades Inmersivas de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Lucerna (HSLU), en colaboración con la Facultad de Teología Pastoral de la Universidad de Lucerna y la Peterskapelle Lucerna. Su objetivo era explorar cómo una IA puede abordar temas religiosos y existenciales, planteándose preguntas como si las máquinas pueden ser agentes religiosos confiables y cuál podría ser su papel en contextos espirituales.


El holograma, visible a través de la rejilla tradicional del confesionario, representaba a Jesús con características icónicas como barba, cabello largo y túnica en tonos rojo y azul. Estaba programado para responder en múltiples idiomas, incluidos el inglés y el alemán. Sin embargo, el proyecto concluyó el 20 de octubre con debates y reflexiones finales, incluyendo una última conversación sobre la vida y la muerte.


Otro ejemplo de IA en contextos religiosos es el proyecto Padre Justin de la organización Catholic Answers en Estados Unidos. Este avatar, también basado en inteligencia artificial, respondía preguntas sobre la fe católica, pero generó controversia por ofrecer respuestas inadecuadas en algunos casos, como permitir el uso de Gatorade para bautismos o felicitar una relación incestuosa.


Catholic Answers defendió que las respuestas del Padre Justin se basaban en fuentes confiables, aunque reconoció fallos y la necesidad de perfeccionar el sistema. Además, subrayaron que el avatar no debía considerarse un sustituto de un sacerdote o guía espiritual y que su propósito era educativo y recreativo.


Estos proyectos ilustran el potencial de la inteligencia artificial en la religión, pero también revelan desafíos éticos y prácticos significativos. La implementación de tecnologías como estas exige un enfoque cuidadoso para garantizar que se alineen con principios religiosos y culturales, evitando malentendidos o mal uso de las herramientas.


Comentario del editor: Este tipo de casos nos invita a reflexionar sobre el equilibrio entre innovación y religión. ¿Hasta qué punto es aceptable que deleguemos aspectos profundos y humanos de la religión a una tecnología? Un holograma o una IA no tiene la capacidad para discernir los profundos anhelos del corazón humano. Solo Dios, Omnisciente y Omnipresente, puede responder a las preguntas espirituales con verdad absoluta y sabiduría perfecta. Si bien la tecnología es una herramienta útil para estudiar y enseñar las Escrituras, no debe convertirse en un sustituto del compromiso personal con ellas, ni mucho menos en un intermediario entre Dios y el hombre. Lo que respecta al conocimiento de Dios y Su Voluntad, ya disponemos de las Sagradas Escrituras para obtener suficiente información y alimento espiritual; queda en cada uno profundizar en ella y buscar, a través de la oración y por medio de Su Santo Espíritu, la correcta interpretación de la misma.


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